Netanyahu viaja a Moscú ansioso por el rearme ruso de Siria
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, viaja a Rusia para hablar con el presidente Vladímir Putin de la situación en Siria y del rearme del régimen de Bashar al Assad, una ayuda rusa que incomoda y preocupa a Israel.
"Se trata de armas avanzadas que no sabemos en manos de quién pueden llegar a caer y que en el futuro podrían servir a (la guerrilla libanesa) Hezbollah o incluso a alguien peor", dijeron fuentes diplomáticas israelíes que pidieron el anonimato.
La urgencia del viaje de Netanyahu, de menos de 48 horas porque el martes debe estar ya de regreso debido a la celebración de la jornada del Yom Kipur o Día del Perdón -el más sagrado del judaísmo-, responde a la gran preocupación que la nueva intervención rusa en Siria con suministros de armas genera en el país.
En una muestra de apoyo a Al Assad frente al Estado Islámico y otras milicias involucradas en esa guerra civil, Rusia ha desplegado al menos siete aviones Su-27 en una base aérea del oeste del país cerca de Latakia, zona aún bajo control del régimen, amén de varios helicópteros de combate en la base naval de Tartus.
El Pentágono confirmó en ese sentido que Rusia está intentando habilitar la citada base aérea, principal feudo de Al Asad, para comenzar a trasladar personal y artillería pesada, dando así un apoyo militar vital para el régimen sirio.
Se trata de una decisión que, además de EEUU, también Israel ve con recelo, aunque en el espectro más reducido de sus intereses estratégicos en la región: evitar el fortalecimiento de cualquiera de sus enemigos, y no son pocos los que participan en el escenario de la guerra civil siria.
"Hay toda una serie de ramificaciones de la presencia de efectivos rusos en territorio sirio", explicaron las fuentes consultadas, entre ellas algunas que afectan a las actividades del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal).
Desde que comenzó la guerra civil en el país vecino hace cuatro años, Israel trata de no verse arrastrado a un conflicto sin fin donde participan, además, dos de su más acérrimos enemigos: Irán y Hezbollah.
Las únicas intervenciones militares reconocidas públicamente han sido las respuestas a cohetes o morteros caídos en la meseta del Golán, generalmente cuando el Ejército israelí ha considerado que no se trataba de proyectiles erráticos sino de una acción deliberada.
También ha atacado, según fuentes extranjeras, varios convoyes y almacenes de armas en territorio sirio en cumplimiento de una política declarada por las autoridades gubernamentales y militares de "no permitir el 'trasvase' de armas avanzadas a Hezbollah" en el Líbano.
Una de las principales preocupaciones israelíes en ese sentido es que las armas más sofisticadas del arsenal sirio puedan acabar en manos de grupos terroristas como Hezbollah a cambio del apoyo que brindan al régimen de Al Assad.
Una de ellas son sin duda los misiles antibuque Yakhont, de gran precisión y que podrían ser empleados para atacar las plataformas israelíes de extracción de gas natural en el Mediterráneo oriental.
Israel teme ahora que ese tipo de "actividad preventiva", como es definida en círculos militares y diplomáticos, se vea imposibilitada por la presencia de aviación rusa en el espacio aéreo sirio, o que sus aviones de reconocimiento no puedan entrar y salir, como hacen hasta ahora, para observar la evolución en el terreno.
"La presencia física de fuerzas de una potencia como Rusia en un escenario bélico como el de Siria complica las cosas", sostienen las fuentes diplomáticas, que también elevan la posibilidad de que "por un error" Israel pudiera causar algún daño a los efectivos o equipamientos rusos.
Netanyahu, que partirá la próxima madrugada, iba a ir acompañado en un principio sólo por el comandante del cuerpo de Inteligencia del Ejército, Hertzi Halevy, pero en el último momento se ha decidido incorporar también al jefe del Estado Mayor, el general Gadi Eizenkot, una muy inusual combinación en los viajes que suele realizar el primer ministro.
"La razón por la que Eizenkot ha sido agregado es para realzar la gravedad de la amenaza que Israel ve en la intervención rusa en los combates en Siria", escribe el comentarista militar Ron Ben Yishai, del diario Yediot Aharonot.
Y es que la extrema complejidad de la realidad en Siria ha puesto en los últimos años a Israel contra la espada y la pared, en una situación de incertidumbre en la que parece tener todas las de perder.
"Si Assad gana, estará tan debilitado y en deuda que no será más que una marioneta en manos de Irán y de Hezbollah; si pierde y el Estado Islámico avanza, estaremos todos en la región ante un serio problema", advirtió recientemente un alto mando del Ejército al poner en duda la viabilidad de una tercera posibilidad, la de una transición política estable alentada por la comunidad internacional. EFE y Aurora
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/67249/
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