miércoles, 10 de febrero de 2016


related teachings imageLa guerra, los prisioneros, los hijos rebeldes, la pena de muerte, la pobreza, el divorcio, la usura y los jueces corruptos… lo anterior suena como titulares de noticias, pero todo esto aparece en la Biblia.
La porción de Qui Tetsé parece ser un conglomerado de muchas “leyes” que abarcan docenas de temas completamente opuestos. Muchos de estos parecen no tener conexión entre sí, y muy poco de su contenido está directamente relacionado con el mundo actual.
En el Centro de Kabbalah sabemos que la Biblia no puede ser aceptada solamente en un nivel literal; también existe un significado espiritual profundo que puede ayudarnos a mejorar nuestra vida hoy en día.
Así que, para que podamos obtener la mayor Luz y los más grandes beneficios de esta porción, comencemos con un poco de contexto e historia.  

Primero:
En la Biblia dice que antes de que los israelitas fuesen a la guerra, las personas con temor, dudas o carencias similares eran removidas de sus cargos. Sólo aquellos con una confianza pura en la Luz de Dios, aquellos con certeza en que la Luz elimina la oscuridad, eran los canales de la Luz; en esencia, sólo los israelitas justos tenían permitido ir a la guerra.

¡Qué paradójico! Por lo general no pensamos que las personas justan van a la guerra. 
Usualmente los justos son quienes estudian las leyes del universo, enseñan dichas leyes a los demás, meditan y oran bastante. Sin embargo, en la Biblia se nos dice que los israelitas justos eran los únicos que iban a la guerra a pelear contra el enemigo.

Segundo:
Debemos comprender qué significa ser una persona justa.

En el curso Fundamentos de la Kabbalah aprendemos que existen dos voces dentro de nuestra mente. Una es la voz de la Luz y la otra es la voz del Oponente, el Satán. La voz de la Luz nos dice cómo podemos actuar como la Luz, de forma generosa. La voz del Oponente nos induce a ceder ante la ilusión de nuestros cinco sentidos y a actuar de forma receptora. Seguir a la Luz nos traerá plenitud a largo plazo; mientras que seguir la voz del Oponente nos traerá plenitud a corto plazo, gratificación instantánea y caos a largo plazo.
La persona justa no cede ante la voz del Oponente, no se entrega a los deseos de placer instantáneo ni a la ilusión del egoísmo. La persona justa es aquella que escucha la voz de la Luz constantemente y actúa de manera generosa, compartiendo y canalizando la Luz a todos los que le rodean. Como resultado, sus acciones están constantemente eliminando la oscuridad de la negatividad a su alrededor y alrededor de otros, sacando la esencia de la oscuridad fuera de la atmósfera que nos rodea. 
De acuerdo con el Zóhar y los kabbalistas, todos somos justos en nuestra esencia. El Creador nos creó “a la imagen y semejanza de Dios”, y por ello somos personas justas a nivel potencial. El Centro de Kabbalah nos enseña a revelar dicha esencia.

Ahora podemos entender la lección de la porción de Qui Tetsé con mayor claridad.

El único campo de batalla está en nuestra mente y el único enemigo que tenemos es el Oponente en nuestra cabeza. 
La única arma que necesitamos para derrotar a nuestro enemigo es la Luz del Creador, y afortunadamente tenemos un alma llena de la Luz lista para que la usemos.
Esta es la razón por la cual “La guerra del Armagedón”, Miljemet Gog Umagog, significa “La guerra de la conciencia”. 
Cuando derrotamos al Oponente en nuestra mente al escuchar la voz de la Luz, entonces, de manera natural, nuestro comportamiento se reflejará en acciones para compartir la Luz.
A través de las enseñanzas del Zóhar, esta porción nos ayuda a entender que nuestro trabajo espiritual es ser “guerreros justos”. 
Estamos en este mundo para escuchar la voz de la Luz constantemente y para compartir nuestra Luz de manera incondicional mediante nuestras acciones. Esta porción nos da la fortaleza para vencer a la voz del Oponente en nuestra mente sabiendo que “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos [Satán] y [sea] el Eterno, tu Dios, [quien] los entregue en tus manos…” (Deuteronomio 21:10). 
Es la Luz quien vence a la oscuridad, no nosotros. Nosotros somos quienes emanamos la Luz.
La selección aparentemente fortuita de “leyes” que se mencionan en esta porción son códigos para las muchas formas en las que el Oponente nos desafía para que seamos egoístas, ya sea en las relaciones, el trabajo, los negocios, con la familia, nuestros vecinos, etc.
El Oponente puede aparecer en muchas formas, es decir, puede tomar el disfraz de nuestro jefe, hermano, pareja, amigo, compañero de trabajo, político o de algún desconocido, e intenta engañarnos para que luchemos contra esas personas que en realidad no son el Oponente en sí.
En la espiritualidad, al igual que en los deportes, tienes que luchar contra el Oponente de la misma forma en la que este te ataca. En el fútbol americano, por ejemplo, si el oponente está corriendo con el balón, no defiendes contra un pase; eso sería tonto e inútil. De igual modo, en la espiritualidad, cuando el Oponente nos ataca con resentimiento hacia otra persona, combates el resentimiento (no a la persona) ofreciéndole perdón. Cuando el Oponente ataque con ego, utiliza la humildad; cuando ataque con codicia, utiliza la generosidad, y así sucesivamente.
Por lo tanto, la lucha es siempre: “yo contra el Oponente con la ayuda de la Luz” y no “yo contra ti” ni “nosotros contra un grupo de personas”.
El enemigo común de la humanidad es el Oponente.
El Zóhar y sus herramientas kabbalísticas son los medios a través de los cuales uno puede convertirse en un “guerrero justo”. Las enseñanzas y la tecnología son universales y están siendo aplicadas hoy en día por personas de todas partes del mundo; cristianos, judíos, musulmanes, budistas e hinduistas.

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