Yihadistas franceses, ¿muertos o reintegrados?
Material de propaganda adujicado al grupo Estado Islámico en Twitter.DR
¿Qué hacer con los jóvenes que abrazaron el yihadismo en Siria o Irak y han vuelto o quieren regresar a Francia?. El gobierno preferiría que "todos mueran" antes de volver. Que no haya prisioneros, o lo menos posible.
La presión militar sobre los yihadistas en Siria e Irak ha llevado a muchos de sus miembros a buscar huir antes que morir. En Francia el debate sobre qué hacer con esas personas va en aumento. Dos miembros del Senado presentan este jueves un balance preliminar sobre la "des radicalización, el fin del enrolamiento y la reinserción" de cientos de jóvenes que abrazaron la causa del terrorismo yihadista, en tanto que el vespertino Le Monde publica un largo artículo en el que destaca que el gobierno intenta evitar que los franceses que participaron en el grupo terrorista Estados Islámico (EI) en Siria o Irak le sean entregados después de haber sido detenidos.
El problema es de magnitud y tiene una doble dimensión. En lo interno, de acuerdo con el psicoanalista Patrick Amoyel, 13 000 personas han sido señaladas como "radicalizadas" en el territorio francés. Según la senadora Catherine Troendle, una de las dos encargadas de preparar el balance preliminar, el 80% de ellas pueden ser "acompañadas eficazmente, notablemente las mujeres, pero también 60% de los hombres cuyas motivaciones son sobretodo identitarias". Según el ministerio del Interior, 1 200 jóvenes son objeto de un tratamiento en el marco del programa público de "des radicalización" puesto en marcha hace tres años por el gobierno.
En el plano externo la situación es bastante más complicada. Le Monde apunta que "alrededor de 680 franceses estarían actualmente en Irak y en Siria, de los que 275 son mujeres; 230 habrían muerto". ¿Qué sucede con el resto? El ministerio de la Justicia es parco cuando se trata de dar una respuesta. "La política penal actual es de judicializar a toda persona que regresa del territorio de Irak o Siria", y en el resto de los casos "si se trata de personas detenidas por otras fuerzas armadas, eso no corresponde al ministerio de la Justicia".
El pasado enero, Jean Yves-le Drian, ministro de la Defensa francés fue muy claro sobre la visión que el gobierno tiene de los franceses que se integraron al EI. "Son nuestros enemigos y saben dónde se han metido", declaró. Días antes el presidente François Hollande había dado el tono sobre la manera de enfrentar esos casos. "Los combatientes que caigan en manos de las fuerzas iraquíes, serán sometidos a la justicia iraquí, el país donde cometieron sus crímenes". Dicho en otras palabras, serán las autoridades de ese gobierno "aliado" quienes decidan de la suerte de los franceses.
Escenario de varios ataques yihadistas sobre su territorio que costaron la vida a decenas de personas, el gobierno francés actúa con una política que asemeja una pinza. Un brazo sirve para intentar recuperar a los jóvenes que buscaron enrolarse en alguna de las agrupaciones terroristas de confesión yihadista que operan en Siria e Irak (cerca de 200 franceses que intentaron llegar a Siria fueron detenidos por el gobierno de Turquía y remitidos a las autoridades francesas). El otro brazo busca suprimir toda opción de retorno cuando esos franceses se enrolaron en el yihadismo militar. "Se trata que no haya prisioneros, o lo menos posible", afirma el vespertino que evoca fuentes de la presidencia francesa.
El temor de un eventual regreso masivo de combatientes yihadistas a Francia ha provocado gran debate desde el año pasado cuando las fuerzas del EI comenzaron a perder terreno en sus bastiones de Siria e Irak. No obstante para David Thomson, periodista de Radio Francia Internacional, ese temor es infundado y eso por razones meramente técnicas. "La pérdida de control de la frontera hace que las llegadas o salidas sean mucho más difíciles. Además, numerosos combatientes serán asesinados o hechos prisioneros en los combates terrestres o por los ataques aéreos", declaró este especialista del yihadismo el matutino La Croix.
Esta visión es respaldada por la organización Jabhat al Shamiya (Frente de Levante), que con el apoyo de Turquía opera en la frontera con Siria, cuya dirigencia afirma haber capturado a unos 300 combatientes del EI, mayoritariamente árabes, y ahora los tiene en centros de detención. En cuanto a los extranjeros, la organización asegura querer deshacerse rápidamente de ellos. El problema es que los gobiernos occidentales, entre otros Francia, no los quieren de vuelta
http://es.rfi.fr/europa/20170222-yihadistas-franceses-muertos-o-reintegrados
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