sábado, 12 de junio de 2021

Operación Guardián de las Murallas: lecciones para el frente civil
Por Meir Elran, Carmit Padan, Gili Shenhar e Hilik Sofer
4.360 cohetes fueron lanzados desde Gaza hacia Israel durante la operación de 11 días, pero el público israelí mostró gran resistencia social y los sistemas civiles funcionaron según las necesidades
Refugio antiaéreo en Sderot - Foto: Jewbask Wikimedia Dominio Público
Al mismo tiempo, todavía hay fallas que deben abordarse con respecto a la preparación del frente civil, particularmente antes de una posible campaña en el norte, que probablemente será mucho más difícil que la reciente ronda en Gaza.

En la cuarta ronda de combates en 12 años entre Israel y las organizaciones terroristas palestinas en la Franja de Gaza, los ataques desde Gaza volvieron a tener como objetivo el frente civil de Israel. Los ataques se caracterizaron por el uso extensivo de armas de alta trayectoria (unas 400 descargas al día) que causaron víctimas y daños considerables a la propiedad en el espacio civil de Israel. No obstante, debido a la duración relativamente corta de los combates y las eficientes acciones de los sistemas relevantes en Israel, sobre todo el sistema de defensa aérea de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el Comando de la Retaguardia [Defensa Civil] y las autoridades locales, así como la percepción generalizada en Israel de que la campaña era justificada, se mantuvo la resiliencia social. Esta capacidad de recuperación se reflejó en una continuidad funcional razonable y una recuperación muy rápida. Sin embargo, se volvieron a poner de manifiesto lapsos problemáticos, especialmente en las áreas de albergues y evacuación de viviendas civiles, temas sobre los que anteriormente se habían adoptado, pero no implementado, resoluciones gubernamentales. Esta ronda fue una especie de "vista previa" de la guerra esperada con Hezbolá en el norte, que probablemente será mucho más desafiante y, por lo tanto, exige una preparación extensa.

Según datos de las FDI, durante los 11 días de la Operación Guardián de las Murallas se dispararon unos 4.360 cohetes y granadas de mortero contra Israel. Esto representa casi 400 ataques por día, casi cuatro veces el número promedio diario de lanzamientos durante la Operación Margen Protector (2014) o la Segunda Guerra del Líbano (2006). De los proyectiles, 3.400 cruzaron la frontera entre Israel y la Franja de Gaza. La mayoría cayeron dentro del área adyacente, comunidades israelíes cerca de la Franja de Gaza, así como en Ashkelon y Ashdod. Se dispararon unos 120 cohetes hacia el centro de Israel, incluido Tel Aviv. Unos 1.100 misiles fueron interceptados por el sistema Cupula de Hierro (90 por ciento de éxito en la interceptación de cohetes que se dirigían a áreas pobladas). En esta ronda, 12 civiles (y un soldado) murieron en Israel, en comparación con 6 civiles muertos en Margen Protector (2014), que duró 7 semanas y 44 muertos en la Segunda Guerra del Líbano de 2006. El daño a la propiedad fue extenso.

Principales características de la operación en el frente civil

Aunque la duración de los combates fue relativamente corta, en términos cuantitativos los ataques desde Gaza revelaron una mejora considerable en las capacidades ofensivas de Hamás y la Jihad Islámica en términos del número de lanzamientos por día, el número de bombardeos de cohetes, la variedad de municiones, y el poder destructivo de las ojivas de corto alcance.

Como en el pasado, la mayoría de los ataques fueron de corto alcance, dirigidos principalmente a las comunidades de la zona adyacente a Gaza. Sin embargo, hubo numerosos lanzamientos hacia Ashkelon y Ashdod. Solo Ashkelon (a 8 millas [casi 13 km] de la frontera de Gaza, con una población de aproximadamente 160.000 habitantes) fue el objetivo de 111 bombardeos de 960 cohetes, aproximadamente una cuarta parte del número total de lanzamientos. Dos mujeres murieron y 295 residentes resultaron heridos. Ashdod (cerca de 20 millas [32 km] de la frontera, con una población de 250.000) fue alcanzado por 253 cohetes y sufrió muchos daños físicos.

Junto con la operación hubo violentos disturbios de judíos y árabes en Israel, particularmente en ciudades y pueblos con poblaciones mixtas. Su influencia directa en los acontecimientos del frente fue baja, pero fueron muy prominentes y preocupantes para el público.



En general, el frente civil mostró un alto nivel de resiliencia funcional. Hubo una continuidad funcional razonable (aparte del cierre de escuelas dentro de las 50 millas [80 km] de Gaza, reducción de vuelos desde el Aeropuerto Internacional Ben Gurion y algunas interrupciones en el tráfico interno, también debido a los disturbios en Israel). La recuperación fue ordenada y rápida. Este nivel de resiliencia fue posible gracias a una combinación de dos factores. Primero, el público en general sintió que la campaña militar era justificada, en parte porque fue Hamas quien comenzó el combate con cohetes contra Jerusalén, el área adyacente a Gaza y el densamente poblado centro de Israel. El segundo factor fue la sensación de seguridad creada por la protección proporcionada por el sistema de defensa civil y militar Cúpula de Hierro, el sistema de alerta mejorado (unas 1.700 zonas de alarma localizadas) y las instrucciones detalladas y claras del Home Front Command (HFC [Comando de la Retaguardia o Defensa Civil o "Pikud Haoref", en hebreo]). Los refugios y otras instalaciones de protección estándar, en todas partes, también fueron cruciales.

Significado y conocimientos

El frente civil funcionó bien, en parte debido a la corta duración de la campaña y también a la conocida tendencia israelí de "unirse alrededor de la bandera" [hacer frente común] de la seguridad nacional.

El HFC está debidamente preparado en todo el país de acuerdo con su concepto de operación y despliegue. Destaca su profesional operación de información, que ofrecía respuestas específicas para grupos específicos de población. El público confiaba mucho en las instrucciones del HFC. Aún así, la cuestión relativa a un sistema de mensajería nacional centralizado sigue sin resolverse.

Una vez más, la población de la zona de Gaza soportó la peor parte de los combates en el frente civil, y su exposición a misiles de alta trayectoria y otras amenazas de Gaza (aviones no tripulados y embarcaciones marinas cargadas con explosivos) fue particularmente alta. Esta vez fueron protegidos de la amenaza de la infiltración terrorista a través de túneles de ataque gracias a las barreras subterráneas y aéreas, construidas a un costo de más de mil millones de dólares. Sin embargo, los lanzamientos de misiles de alta trayectoria, las frecuentes sirenas de advertencia y las reverberaciones de la actividad de las FDI en Gaza crearon graves desafíos físicos y mentales para las poblaciones locales, a pesar de que están familiarizadas y bien preparadas para estos ataques.

Como en el pasado, particularmente en las comunidades de la zona adyacente a Gaza, muchos habitantes (en algunos lugares, según informes de los medios, más de la mitad) decidieron abandonar sus hogares hasta que terminaran los enfrentamientos. Esto ahora se acepta como una conducta normativa, en particular para las familias con niños, que regresan a sus hogares tan pronto como hay un alto el fuego. Otros lugares en el sur y centro de Israel también se vieron a los habitantes moverse hacia el norte. No hubo una evacuación de esas comunidades iniciada por el gobierno, aunque existen planes para tal acción. Las evacuaciones fueron manejadas por el liderazgo local (principalmente en kibutzim) o por individuos. Parece que, contrariamente a las promesas del gobierno anterior, esta actividad no estaba suficientemente organizada, ni siquiera en la zona adyacente a Gaza.

La evacuación de personas de ciudades como Sderot, Ashkelon y Ashdod es, en cualquier caso, una tarea más complicada debido al tamaño de sus poblaciones. En Ashkelon, el objetivo de tantos ataques, las discusiones entre sus residentes sobre la evacuación, un concepto desconocido para ellos, a veces incluían connotaciones de deserción, haciéndose eco de opiniones que eran más comunes en el pasado, por ejemplo, durante la Guerra del Golfo de 1991. Tales ejemplos indican que el gobierno debería regular sistemáticamente este importante tema.

El concepto de defensa civil se basa en una cooperación amplia y estrecha con los servicios de salvamento y seguridad y en la actuación eficaz de las autoridades locales, asistidas por el HFC como piedra angular del mecanismo de supervivencia. Durante la operación Guardián de las Murallas, la preparación de la mayoría de las autoridades locales resultó exitosa, al igual que su cooperación con otras agencias relevantes en la gestión de los aspectos civiles de la campaña de Gaza. Las autoridades locales deben mantener y mejorar estas capacidades basándose en las lecciones principales del conflicto.

La protección física contra los ataques con cohetes resultó esencial. El concepto del HFC de que donde no hay instalaciones de refugio estándar, las instalaciones no estándar existentes deben utilizarse plenamente, demostró ser correcto. Pero debido al breve tiempo de advertencia de los cohetes de Hamas y las deficiencias de los refugios públicos, el gobierno debe apuntar a la máxima expansión de las instalaciones de protección dentro de los hogares. Las cifras de la Asociación de Constructores de Israel muestran que más del 60 por ciento de los apartamentos en Israel no tienen una habitación segura, mientras que las cifras del HFC indican que el 27 por ciento de los habitantes israelíes (alrededor de 2,4 millones de personas) no tienen acceso a un refugio que cumpla con el estándar nacional. La mayor proporción de apartamentos que están expuestos a las amenazas de Hamas sin refugio interno se encuentra en el área central, incluida Tel Aviv, donde más de 400.000 apartamentos no tienen un lugar seguro. El HFC también encontró que los refugios públicos del vecindario satisfacen las necesidades de solo alrededor del 6 por ciento de la población, mientras que solo alrededor del 28 por ciento están beneficiados por refugios en sus edificios de apartamentos. Por lo tanto, más de una cuarta parte de la población de Israel no tiene acceso a instalaciones de protección estándar designadas. La falta de instalaciones de protección estándar es particularmente notable en el centro y norte del país, áreas que podrían estar expuestas a misiles de alta trayectoria en conflictos futuros. En 2019, el gobierno aprobó una resolución sobre las instalaciones de protección en el norte con un presupuesto de más de mil millones de dólares, pero nunca se implementó. El gobierno debe preparar un plan estratégico para cerrar las brechas, mientras mejora las instalaciones existentes.

En conclusión, en vista de la reconstrucción que se espera de la fuerza militar de las organizaciones terroristas palestinas en Gaza, es vital que Israel mantenga y desarrolle sus ventajas sobre el enemigo, incluso en la defensa civil; una de las medidas necesarias es acondicionar los elementos que faltan y reducir los faltantes. Una prueba mucho más desafiante para Israel será la que lo enfrentará a Hezbolá en el frente norte. La fuerza ofensiva de la organización libanesa, tanto cuantitativa como cualitativamente, incluidos los misiles guiados de precisión, requiere un mayor nivel de preparación en todas las áreas, incluido el cierre de cualquier brecha en el tema de refugios de civiles. Podemos suponer que una campaña en el norte será más larga que en Gaza, y que los daños serán extensos y al menos tres veces más destructivos. Algunos ataques de Hezbolá serán más precisos y, por lo tanto, tendrán un impacto más amplio en la economía y en la continuidad funcional del país. La presente ronda fue una especie de "anticipo" de lo que se puede esperar en el norte, señalando la necesidad de una preparación, lo antes posible, a nivel nacional. Ha llegado el momento de asignar los recursos necesarios para garantizar la preparación del frente civil para cualquier posible conflicto futuro. Algunos recursos ya han sido aprobados, pero aún no se han implementado.

Fuente: INSS - The Institute for National Security Studies

El coronel (res.) Gili Shenhar es el coordinador académico de los Programas de Manejo de Emergencias en la Universidad de Tel Aviv y portavoz del frente interno en emergencias. El Coronel (res.) Dr. Hilik Sofer es portavoz del frente interno en emergencias.
https://www.aurora-israel.co.il/operacion-guardian-de-las-murallas-lecciones-para-el-frente-civil

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