¿Por qué entre los yihadistas hay jóvenes de las clases medias de Occidente?
Medio Oriente: Los guerreros del ego
Cuando los guerreros del Estado
Islámico (EI), degüellan a James Foley, periodista americano, el pasado
19 de agosto, su verdugo dice algunas palabras. Las cámaras del mundo
entero registran un acento típicamente británico. Entre los yihadistas
que asedian las fronteras turcas, hay gente de Marruecos, Túnez y Arabia
Saudita. Pero en el reclutamiento de los guerreros del EI, también hay
jóvenes venidos del extenso mapa del mundo occidental. Según
especialistas en el Islam, en las filas del EI hay 800 rusos, 700
franceses, 270 alemanes, 120 holandeses, unos 70 norteamericanos y 30
canadienses. Dejan familia, país y estudios por la “guerra santa”.
¡Incluso hay 30 suecos! Hay otros, los del yihadismo individual, como el
que mata un soldado en Canadá. No trataré de ellos sino de los
“visibles”.
Es impresionante la masa de información
que ha aparecido sobre el origen social y la mentalidad de los
adherentes a la guerra del EI. Si usted, amigo lector, supone que se
trata de jóvenes devotos del Islam, va por camino errado. Jóvenes, sí lo
son. Pero no necesariamente religiosos fervientes. Examinando las
mochilas de los caídos en combate, lo que se encuentra no es el Corán
sino textos burdos, de esos de cualquier supermercado, estilo “el Islam
al alcance de todos”. Igual parten a ponerse un pasamontaña y en las
manos un AK-47 (fusil de asalto Kalashnikov). No son precisamente
doctores ni eruditos. Tampoco se fueron al monte los docentes
universitarios que en Lima admiraban a SL en aulas, y sí sus desdichados
alumnos. ¡A la guerra van los jóvenes! En The Daily Beast, diario americano, publican la semblanza de Douglas McCain, un conocido rapero blanco, de pronto muerto en los combates de Siria. Habría dicho a sus amigos: «¿por qué morir como loser cuando se puede ser un mártir?».
Comunidades musulmanas, pobreza,
marginalidad, estos tópicos no explican por qué hay rebeldes salidos de
las clases medias europeas y norteamericanas. Se ha descrito cómo son
recibidos en las filas del EI. Con los brazos abiertos, un rol y una
buena paga en dólares. Courrier International ironiza. «Destination Djihad», en el mismo tono como para un tour deportivo por el Himalaya. Dos muchachos conversan:
- Este verano me voy al yihad, a la guerra santa.
- Y yo voy a aburrirme con mis padres al camping, le responde su amigo.
Triste modernidad. En ambos lados del Atlántico se comienza a hablar de “una generación perdida”. Democracia, libertades, sociedades pacificadas, no los satisface. El tema merece dos hipótesis. O bien es la condición humana. El homo sapiens
adora arte, religión, conocimiento, también la guerra. Nos gusta
combatir. La especie humana está todavía muy cerca del Cro-Magnon. O
bien es una crisis de hijos de una civilización sin grandes pasiones. No
quieren ser los buenos chicos de una globalización
materialista. Se desmorona el mito posmoderno de seres pacíficos y
consumistas. Por la sangre de los combatientes en las arenas de Siria,
corre más adrenalina que en el planeta entero de internautas y jóvenes
del mundo cool. Las guerras virtuales en Internet no reemplazan
el erotismo perverso de causar la muerte real. Se inventaron una épica.
El Islam es el pretexto. Los guerreros en Siria combaten por su propio
Ego. Y no hay nada más occidental que el amor a sí mismo.
Por Hugo Neira
(27 -oct – 2014)Fuente: http://elmontonero.pe/columnas/2014/10/medio-oriente-los-guerreros-del-ego/
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