miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ellos también odian a los israelíes ‘progresistas’


POR EDWIN2295
Respetar MP George Galloway.  Foto: Twitter
Un grupo antiisraelí denominado Adalah boicoteó una actuación de la Escuela de Danza Batsheva en la Academia de Música de Brooklyn. El aspecto más interesante de la controversia es que a los activistas antiisraelíes  no les disuadió el hecho de que el director de la propia compañía boicoteada haya acusado a Israel de cometer “crímenes de guerra”. En una entrevista con un diario canadiense, Ohad Naharín, director artístico de la Batsheva, declaró en 2005: “Hago mi trabajo mientras que, a 20 kilómetros, la gente sigue cometiendo crímenes de guerra” .
Naharin es tan radical que, en Escocia, en 2012, a raíz de la interrupción de una de sus actuaciones a manos de elementos antiisraelíes, dijo:
Si pensara por un momento que esto ayudaría a la causa palestina, incluso lo vería con buenos ojos. Interrumpamos el espectáculo, destrocemos mi casa, rompamos mis ventanas si eso puede ayudar a la causa palestina.
Pero ofrendar sus ventanas e incluso toda su casa no fue suficiente para los alborotadores de Adalah que perpetraron el piquete de Brooklyn. Para ellos, el problema no es la casa de Naharín, sino que éste es israelí. No importa cuánto ceda, ni cuántas concesiones esté dispuesto a hacer:Naharín es israelí y, por tanto, lo consideran su enemigo. No hacen distinción alguna entre losbuenos israelíes progresistas y losmalo, de centro o de derechas.
Los profesores israelíes de izquierdas viven el mismo problema. A pesar de ser el objeto de las más duras críticas en su propio país, siguen siendo odiados en todo el mundo, simple y llanamente por el hecho de ser israelíes. El periodista Or Tshuya se lamentaba el año pasado en el izquierdistaHaaretz:
A menudo comprueban que no importa que sean de extrema izquierda o pacifistas, su ‘israelidad’ sigue siendo un obstáculo (…) Muchas universidades [del resto del mundo] deciden no colaborar con sus pares israelíes, u ofrecer programas de intercambio para estudiantes israelíes. En muchos casos, los israelíes que buscan participar en programas de intercambio o cursar estudios de posgrado en Europa no encuentran el modo de hacerlo, especialmente en el Reino Unido.
Decía más Tshuya:
Mientras que sus colegas palestinos se benefician del apoyo político y financiero de las sociedades universitarias propalestinas y becas diseñadas específicamente para ellos, el mensaje implícito para los israelíes suele ser: realmente no importa lo que digas o pienses, porque básicamente no queremos escucharte (…) Aquí en Londres he tenido encuentros desagradables con algunos individuos, académicos incluidos, que no estaban dispuestos a hablar conmigo por el mero hecho de ser israelí.
En su artículo Tshuya apuntaba que George Galloway, miembro del Parlamento británico, abandonó un debate en la Universidad de Oxford “simplemente porque supo que su oponente era un estudiante de origen israelí,” aunque, irónicamente, éste estaba abogando por la creación de un Estado árabe palestino.
Sea como fuere, en la cúspide del odio a Israel encontramos el más reciente éxito de la música pop palestina. La canción, titulada “Atropéllalos”, jalea a los árabes que en los últimos tiempos se han lanzado a atropellar israelíes con sus coches. Comienza hablando de los “colonos” y dice:
Espéralos en el cruce.
Deja que el colono se ahogue en su propia sangre.
Aterrorízalos.
Tu corazón es fuerte.
Cuidado: no muestres piedad…
Tiéndeles una emboscada en la carretera y atropéllalos, Alá te ayudará.
¿Qué es un “colono”? Atendamos a esta estrofa:
La nación árabe te dice:
Al Akari, bendita sea [tu alma]
¡Atropella al colono!
¡Atropella al colono!
Ese Al Akari es Ibrahim al Akari, el terrorista que lanzó su coche contra una multitud en una estación de tranvía de Jerusalén el 22 de octubre y mató a un bebé de tres meses, Jaya Zisel. ¡Unbebé colono!
Muchos de los judíos de izquierdas tienden a pensar que el problema entre Israel y los palestinos árabes son “los colonos”. Desmantelad las comunidades judías en los territorios, dicen, y la paz llegará a la región. Pero esta canción, actualmente la melodía más popular entre los palestinos, dice lo contrario. Tras unas cuantas estrofas más sobre los terribles colonos, el compositor descorre las cortinas y revela la mera verdad:
Atropéllalos, destrúyelos, aniquílalos, hazlos reventar; no dejes vivir al sionista.
Reparen en esta frase: “El sionista”. Todo sionista. En otras palabras, todo israelí. No sólo los “colonos”. No sólo los malos israelíes. También el director de la compañía de danza Batsheva, los profesores israelíes de izquierdas y los activistas de J Street. Estamos en esto juntos. Estamos todos en el hit parade palestino.
Fuente: The Algemeiner

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