“Nos vamos a Siria a luchar por Alá, porque allí pagan bien”
-Nos vamos a Siria. No se lo digas a ninguno, ¿vale?
-Y eso, ¿por qué te vas a Siria?
-Por Allah.
-¿¿¿Estás loco o qué???
-No se lo digas a nadie.
-¿Hablas en serio?
-Sí. Pagan bien, aunque hay mucho peligro.
Esta conversación por WhatsApp entre Fátima, una joven de origen marroquí radicada en Barcelona hace más de una década y su amigo Hassan, de 23 años, seguramente deber ser una de las tantas que tienen como protagonistas al menos a un joven que es tentado por los yihadistas del ISIS para que se sumen a ellos para pelear contra la coalición internacional en Irak y Siria.
Cuando Hassan (nombre ficticio) cortó la conversación, Fátima, que tampoco se llama así pero prefiere mantener el anonimato, llamó por teléfono a su madre, que ha trabajado y conocido en Barcelona a muchos jóvenes que coquetean con el islamismo radical. “Mi hija estaba sorprendida, pero creo que al principio no se daba cuenta de lo grave que era lo que le estaba diciendo el chico”, afirmó la mujer.
Durante otra charla Hassan le contó a Fátima que para viajar aSiria no lleva pasaporte, que le van a dar unas tarjetas de identidad falsas y admite que no es la primera vez que estuvo allí. “Tú en Barcelona no eras así, no hacías esas cosas raras. A ti te han ‘comido la cabeza'”, le recrimina la joven.
Luego de haber hablado con Hassan, la joven recordó que hace meses perdió el rastro de varios de sus amigos marroquíes de Barcelona. “Ahora está convencida de que pueden estar haciendo lo mismo que este chico”, señala la madre de Fátima según publica el periódico El País, de España.
Los Mossos d’Esquadra (la Policía de Cataluña) tienen constancia de que, al menos, una veintena de personas que vivían dentro de su territorio han viajado desde 2013 hacia Medio Oriente para unirse a los terroristas del Estado Islámico. Estos datos fueron revelados tras hacerse pública la detención en Bulgaria de tres residentes en suelo catalán que, como Hassan, trataban de llegar a Siria para alistarse en el grupo yihadista.
“Yo me quedé asustada de lo que iba contando mi hija, de cómo veía posible que tantos amigos estuvieran metidos ahí”, dice la madre. Según Hassan, él fue un día a una tienda a comprar unas cuchillas y el hombre que lo atendió terminó convenciéndolo para que lo acompañara a una mezquita. Allí conoció a otros jóvenes que, como él, no tenían familia ni recursos para subsistir.
“Buscan este perfil”, revela la madre de Fátima, que asegura haber conocido a muchos jóvenes que, al igual que Hassan, llegaron a España con 16 ó 17 años en una precaria embarcación o en un camión. “Muchos malviven, muy pocos trabajan, algunos roban. Los enrolan como soldados del Islam y les pagan mucho dinero. Eso los engancha, y a la vez les van ‘comiendo la cabeza’ con que tienen que matar a infieles y morir por Alá. Los capturan como a pájaros”, concluye la mujer.
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