Efectos en Siria de la distensión entre Estados Unidos e Irán
Por: MaxBoot
Las noticias procedentes de Siria siguen siendo nefastas. Durante el pasado fin de semana, el Frente Al Nusra, vinculado a Al Qaeda, realizó sustanciales avances frente a los combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS) en la provincia de Idlib, al oeste de Alepo. Al Nusra amenaza ahora con hacerse con el control de uno de los últimos pasos fronterizos entre Turquía y Siria que seguían en manos del ELS, el de Bab al Hawa.
Al parecer, el Frente, que en el pasado ha actuado como aliado de facto del ELS, ha decidido volverse en contra de sus ocasionales aliados porque Estados Unidos, principal patrocinador del Ejército Libre, ha bombardeado a algunos de sus miembros, y también porque el grupo vinculado a Al Qaeda compite con el Estado Islámico por hacerse con las áreas no controladas por el régimen de Asad. Por desgracia, la Administración Obama no ha proporcionado ayuda alguna a los combatientes asediados del ELS, a pesar de que se supone que son nuestra mayor oportunidad de derrocar a Bashar al Asad y sustituirlo por un régimen no yihadista.
Entretanto, nos hemos enterado –cortesía de Colum Lynch enForeign Policy– de que el Departamento de Estado está eliminando una dotación de 500.000 dólares anuales a la Comisión para la Justicia y la Responsabilidad Internacional, una ONG que investiga y documenta los crímenes de guerra del régimen de Asad con vistas a un posible procesamiento en el futuro. Lynch cita a un miembro del Departamento de Estado: “En cuanto a la financiación del Departamento de Estado a la justicia y la responsabilidad en Siria, no ha habido cambios. La conclusión es que seguimos comprometidos al 100% con la recopilación de este tipo de información”.
Ajá. En realidad hay que tener un considerable escepticismo al respecto. Mientras que ha recortado la financiación de una investigación de los crímenes de guerra de Asad, el Departamento acaba de anunciar la concesión de 1,6 millones de dólares para financiar la investigación de crímenes de guerra del Estado Islámico. Esto da la clara impresión de que, mientras que Washington está interesado en combatir al EI (y, probablemente, a Al Nusra), tiene poco interés en luchar contra el dictador sirio. De hecho, Estados Unidos parece estar haciendo causa común con él y con sus patronos iraníes tanto en Irak como en Siria; un cambio simbolizado en la disposición estadounidense a bombardear al EI pero no a Asad. Podemos considerar esto como parte de un cambio más amplio en la política exterior del Gobierno Obama, que se mueve hacia un acuerdo con Irán, cuyo eje se supone que será un tratado nuclear a finales de este mes.
Como he defendido anteriormente, es una política trágicamente mal concebida, porque al alinearnos con Asad y los iraníes estamos garantizando que el Estado Islámico y el Frente Al Nusra serán considerados los únicos defensores de los intereses suníes en los que se puede confiar. La Fuerza Quds, Hezbolá y otros extremistas chiíes de un lado, y el EI y otros yihadistas suníes del otro, están atrapados en un ciclo perpetuo de violencia: cuanto más poder logra uno de los grupos de extremistas, más poder obtendrá a continuación el otro, porque cada uno de ellos se presenta como defensor de los intereses sectarios frente al otro. La única forma de romper este ciclo de violencia es ayudar a fuerzas relativamente moderadas, como el Ejército Libre Sirio y las tribus suníes de Siria e Irak. Mientras la Administración sirve de boquilla a estos objetivos, sus acciones sobre el terreno dan una impresión muy distinta y más preocupante.
Fuente: Commentary
Tomado de: http://bajurtov.wordpress.com/2014/11/08/efectos-en-siria-de-la-distension-entre-estados-unidos-e-iran/
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