Los actos revolucionarios de los Macabeos

Mi Enfoque #535. Diciembre 20, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Hanukah es el único festival religioso cuyo origen no está en la Biblia. A diferencia de la huida de los hebreos de la esclavitud a la libertad, que, según el libro Éxodo, fue por intervención divina, la independencia lograda por los Macabeos en su rebelión contra el imperio helénico seléucida, fue obra humana. El único milagro fue posterior a la liberación de Jerusalén y consistió en que el aceite para la iluminación del Templo duró ocho días, ocho veces más de lo calculado.

Los Macabeos, cuya historia es relatada en los libros apócrifos, 1 Macabeos y 2 Macabeos, realizaron varios actos revolucionarios. El primero fue asumir el trono sin pertenecer a la dinastía real de David y tampoco a la tribu de Judá, contraviniendo la profecía de Jacob, "El cetro no se apartará de Judá" (Génesis 49:10) y la promesa de Dios a Salomón, "Nunca faltará un descendiente de David en el trono de Israel" (1 Reyes 4:5).

Otro acto revolucionario fue asumir el puesto de Sumo Sacerdote que, desde los reinos de David y Salomón, había pertenecido a la familia del sacerdote Zadok y sus descendientes.

El tercer acto revolucionario fue unir en una sola persona los cargos de rey y sumo sacerdote, cargos que, durante los reinos de los descendientes de David, siempre habían pertenecido a personas diferentes.

El más importante legado de los Macabeos fue la autorización de luchar y defenderse si el enemigo ataca el día sábado. A raíz de una masacre de mil judíos que rehusaron defenderse en el día sábado, los Macabeos decidieron que de allí en adelante estaba permitido luchar siete días a la semana.

El reinado de los Macabeos duró 100 años, desde 164 AEC hasta el año 63 AEC, cuando el general romano Pompeyo conquistó Judea aprovechando la guerra fratricida entre Hyrcanus y su hermano Aristóbulus. Esta misma situación se repitió en otro continente, 1600 años después, cuando Francisco Pizarro se sirvió de la lucha entre Atahualpa y su hermano Huascar para conquistar el imperio inca.

Es una ironía de la historia que los Macabeos se rebelaron contra la imposición de la cultura helénica, y sus descendientes, cien años después, estaban tan helenizados que hasta sus  nombres eran griegos y no hebreos.