Absurda obsesión
Mi Enfoque #558, 27 de mayo, 2015
por David
Mandel, enfoque@netvision.net.il
Hace 50 años (¡cómo pasa el tiempo!) vi una
película donde actuaba Rock Hudson. No me acuerdo de la trama, pero si del
título, Sublime obsesión.
Me recordé de ese título al leer una noticia
acerca del World Health Organization (WHO), la agencia de salud de las Naciones
Unidas, donde se hace evidente otra obsesión, que no merece el adjetivo de
Sublime. Más apropiado es Obsesión Letal, el título que el
recientemente fallecido Profesor Robert Wistrich dio a su libro sobre el
antisemitismo.
Con motivo o sin motivo, con justificación o
sin justificación, el mundo tiene una obsesión respecto al pueblo judío, una de
las naciones más pequeñas del mundo. Los judíos son solamente 13 millones de un
total de cerca de 7,500 millones de personas, menos del 0.02% de la población
mundial.
Esa obsesión conduce a los que sufren de ese
problema psiquiátrico/político/racista a extremos ridículos y absurdos. WHO, en
su asamblea anual, llevada a cabo la semana pasada en Ginebra, examinó
minuciosamente la situación mundial de salud y condenó (104 votos a favor, 4 en
contra, 6 abstenciones y 65 ausentes) a un solo
país.
Hago una pausa para que traten de adivinar
de qué país se trata. ¿Se dan por vencidos?
Aquí va la respuesta: WHO condenó a Israel
por "violar los derechos de salud de los sirios en el Golán."
Israel, hasta el momento, ha atendido en sus
hospitales a más de mil sirios*, hombres, mujeres y niños heridos en la guerra
civil siria, muchos de ellos civiles, otros islámicos fanáticos que han jurado
la destrucción del Estado Judío.
Israel así pone en práctica el precepto del
Nuevo Testamento, "dar la otra mejilla", (Mateo 5:39), algo que nunca en la
historia universal, que yo sepa, ha sido cumplido por un país de mayoría
cristiana.
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