El pueblo que agradece
JAI – La gratitud abre la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente, y más. Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad.
Puede convertir una comida en una fiesta, una casa en un hogar, un extraño en un amigo. La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae paz para hoy, y crea una visión para el mañana. – Melody Beattie
Los judíos observantes tienen una común, repetitiva y para algunos, irritante costumbre de mencionar a D.os todo el tiempo. Usaremos la expresión “Gracias a D.os”, “Baruj Hashem” (Bendito sea D.os) o “Beezrat Hashem” (Con la ayuda de D.os), varias veces en la misma conversación, y a veces en la misma frase. La etimología de nuestro nombre puede dar una pista del motivo.
Somos llamados “Judíos” porque somos el pueblo que viene de “Judá” o “Yehudah” en hebreo. Yehuda fue el cuarto de los hijos de Jacob, pero más de un milenio más tarde se convirtió en la tribu dominante de la nación de Israel y todos los descendientes de Israel a partir de entonces fueron conocidos como “Yehudim” – judíos.
La raíz de la palabra “Yehudá” viene de “Toda”, que significa gracias. El Sfat Emet en 5631 (1870) explica que nuestro nombre también deriva del hecho de que somos un pueblo que constantemente agradece a D.os. Así sea el asunto grande o pequeño, nos damos cuenta de que todo viene de D.os y le damos gracias por ello. Por lo tanto, somos nombrados “Yehudim” – El pueblo que agradece a D.os.
Y continúa afirmando que la comprensión y el reconocimiento de esa realidad, de que D.os es la fuente de todo, sobre todo en los momentos difíciles, nos ayuda a darnos cuenta de que D.os todavía está allí y con nosotros, pero de acuerdo a su plan.
Gracias a D.os.
Shabat shalom,
Ben-Tzion
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