lunes, 21 de diciembre de 2015

¿Se está convirtiendo Hamás en un segundo ISIS?


POR 80REBECCA
21/12/2015

Sólo Israel impide que la organización terrorista palestina se convierta en otro Estado Islámico. 

Cuando el primer ministro Benjamín Netanyahu comparó a Hamás con el Estado Islámico tras los atentados de París, fue ampliamente criticado. Pero como demuestran diversas noticias recientes, la analogía estaba muy bien fundada. Hamás, lo mismo que el ISIS, se vanagloria de su propia brutalidad y alardea de ella ante el mundo. Financia, arma y adiestra a la filial del EI en el Sinaí. Uno de sus altos cargos ha jurado que en cuanto se libre de molesto Estado sionista pondrá la mira en el resto de Occidente. Y Occidente parece decidido a eliminar la única diferencia que queda entre ambos grupos.

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La semana pasada quedó de manifiesto cómo se vanagloria Hamás de su propia brutalidad cuando celebró su 28º aniversario. El diario Israel Hayom informó de que, con motivo de dicho acontecimiento, el movimiento islamista colgó un vídeo en su página web en el cual aparecía un resumen de sus mayores atentados y se enumeraban todos sus demás logros, a saber: ha lanzado 16.377 cohetes y morteros contra Israel, que han llegado hasta Haifa, y ahora fabrica localmente la mayor parte de sus cohetes; ha perpetrado 86 atentados suicidas, 250 tiroteos, 36 apuñalamientos y más de 500 incursiones transfronterizas. Además, ha secuestrado a 26 israelíes.
Fijémonos en lo que no figura en esa lista: cualquier intento de mejorar las vidas de los palestinos a los que gobierna en Gaza desde 2007. Eso, por supuesto, es porque no ha habido ninguno. Y el motivo por el que no lo ha habido es porque, al igual que el ISIS, Hamás no tiene interés alguno en mejorar la vida de la gente; lo que le interesa es matar infieles. Ese orden de prioridades es la causa de que construya túneles para atacar Israel y no refugios antibombas para defender a sus civiles de los contraataques israelíes, o de que mantenga a su pueblo atrapado en Gaza en vez de acceder a las condiciones que exige El Cairo para abrir la frontera. Y también es la causa de que su vídeo promocional destaque sus brutales asesinatos de israelíes, igual que los vídeos del Estado Islámico destacan sus brutales asesinatos de occidentales.
de que, con motivo de dicho acontecimiento, el movimiento islamista colgó un vídeo en su página web en el cual aparecía un resumen de sus mayores atentados y se enumeraban todos sus demás logros, a saber: ha lanzado 16.377 cohetes y morteros contra Israel, que han llegado hasta Haifa, y ahora fabrica localmente la mayor parte de sus cohetes; ha perpetrado 86 atentados suicidas, 250 tiroteos, 36 apuñalamientos y más de 500 incursiones transfronterizas. Además, ha secuestrado a 26 israelíes.
Y también está la cooperación con la filial del Estado Islámico en el Sinaí, Wilayat Sinaí, que fue expuesta detalladamente por Ehud Yaari  para el Washington Institute y por Alex Fishman en el diario israelí Yediot Aharonot. Hamás le brinda apoyo logístico proporcionándole desde adiestramiento hasta asistencia médica, y los altos mandos de Wilayat Sinaí han visitado Gaza para reforzar dicha colaboración. Pero su principal actividad conjunta es la compra de armas.
Hamás es quien tiene el dinero, que le proporcionan Irán, Qatar y Turquía. Aparentemente, los dos últimos sólo financian proyectos civiles, pero el movimiento palestino reserva una generosa parte para fines militares; por ejemplo, cerca de un  tercio del cemento importado para proyectos de construcción en Gaza patrocinados por Qatar fue desviado a la construcción de túneles de Hamás. En cambio, Wilayat Sinaí es el que tiene acceso material a las armas: las obtiene de Irán y de Libia y las hace llegar a Gaza a cambio de dinero o de parte del cargamento.
Por último, está la cuestión de las ambiciones manifestadas por el movimiento islamista palestino. Como señaló el mes pasado el investigador Pinhas Inbari, el clérigo y parlamentario de Hamás Dr. Yusuf al Astal lleva años afirmando que, una vez Israel sea derrotado, su grupo se dedicará al resto del mundo. Como dijo en un discurso de 2008: “Conquistaremos Roma, y desde allí conquistaremos las dos Américas e incluso Europa del Este”.
Al Astal no es ninguna figura marginal. Escribe artículos de manera regular para el periódico Al Risala, perteneciente al movimiento palestino, lo entrevistan en su cadena de televisión, Al Aqsa TV, pronuncia sermones en mezquitas y universidades controladas por aquél y fue incluido en sus listas al Parlamento. Y Gaza no es ninguna democracia con libertad de expresión para todos; si Hamás desaprobara el mensaje de Al Astal, no le dejaría difundirlo en las instituciones que controla.
Esas fanfarronadas pueden parecer ridículas. No hay motivos para creer que Hamás pueda cumplirlas y de momento no lo ha intentado realmente. En cambio, el ISIS controla buena parte de Siria e Irak y cometió los letales atentados de París; Wilayat Sinaí ha matado a cientos de egipcios y hace poco atentó contra un avión comercial ruso.
Pero hay una razón para que sea Hamás el que esté adiestrando a Wilayat Sinaí y no al revés: el grupo palestino tiene bastante más experiencia y, en muchos aspectos, mejores técnicas de inteligencia. De hecho, los mismos atentados de París pusieron de relieve las habilidades de Hamás: aunque eran letales y estaban bien adiestrados, entre los tres terroristas suicidas lograron matar sólo a una persona. En cambio, los terroristas suicidas de Hamás solían provocar números de víctimas de dos dígitos hasta que Israel logró descubrir cómo detener a la mayor parte de ellos antes de que atacaran. En resumidas cuentas: un Hamás libre para centrarse en Occidente no sería cosa de risa.
Afortunadamente para Occidente, Hamás no es libre de hacerlo porque ese molesto Estado sionista sigue estando de por medio. El ISIS es lo que pasa cuando una organización terrorista se encuentra con un vacío de poder que puede ocupar; es decir, cuando no hay un Estado fuerte y estable como Israel para contenerlo. Hamás es lo que pasa cuando una organización terrorista se
enfrenta a un Estado como el israelí: su capacidad de dañar al resto del mundo es mínima.
Pero en vez de dejar las cosas como están, buena parte de Occidente está intentado fervientemente crear un nuevo vacío de poder en Oriente Medio, hecho a la medida de Hamás para que éste pueda ocuparlo: un Estado palestino. Evidentemente, el objetivo no es un Estado gobernado por el movimiento islamista. Pero la última vez que los palestinos celebraron algo parecido a unas elecciones libres y justas, en 2006, Hamás las ganó. Y, según una nueva encuesta publicada la semana pasada, es lo mismo que pasaría de volver a celebrarse elecciones, cosa que no debería sorprender a nadie: la encuesta también revelaba que dos tercios de los palestinos apoyan el asesinato de israelíes, mientras que unas mayorías considerables se oponen tanto a la solución de los dos Estados como a la de un Estado en el que árabes y judíos disfruten de los mismos derechos; eso significa que la únicasolución que aceptan es la erradicación de Israel. Así pues, es evidente que preferirían al partido que apoya consistentemente ambos objetivos frente al que sólo lo hace en árabe mientras sostiene lo contrario en inglés: Fatah.
El mes pasado, el veterano mediador en el proceso de paz Aaron David Miller sacudió a la ortodoxia de los partidarios del proceso al preguntar si lo que Oriente Medio necesita ahora mismo es otro Estado débil y fallido. Dadas las similitudes entre Hamás y el ISIS, todo el que no desee un segundo Estado Islámico en la región debería responder que no.
*Escrito por Evelyn Gordon
Unidos por Israel con estrella español
http://bajurtov.com/2015/12/21/se-esta-convirtiendo-hamas-en-un-segundo-isis/

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