Si no fue Israel: ¿quién eliminó al jefe militar de Hezbollah?
De manera inusual, esta vez el grupo terrorista chií libanés Hezbollah no está acusando a Israel por la muerte de su comandante en jefe, en una explosión en Siria.
A Mustafa Badreddine (Badr A Din), sucesor del archi-terrorista Imad Mughniyeh, no le faltaban enemigos.
Era buscado por Estados Unidos y Arabia Saudita por su participación en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafil al Hariri, en febrero de 2005. También era un enemigo jurado de los rebeldes sunitas sirios que se refieren coloquialmente a Hezbollah (“Hizb Allah” o “Partido de Dios) como “Hizb Shaytan” (Partido de Satanás). Badreddine era también enemigo del Estado Islámico, del Frente Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria) y ciertamente de Israel. Pero la lista no está completa.
Badreddine era el “cerebro” de los atentados de la organización y, según los reportes, estaba involucrado en una gran cantidad de actividades clandestinas e ilícitas, entre ellos el contrabando de drogas, armas, etc., que le permiten al grupo terrorista financiar sus variadas actividades militares.
El subsecretario general de Hezbollah, jeque Naim Qassem, dijo en el funeral del cabecilla militar del grupo que en el término de la jornada la organización revelará el factor que estuvo detrás de su muerte.
“Hasta mañana por la mañana publicaremos la causa que condujo a la muerte de Badreddine, y el factor que operó”, anunció Qassem. “Necesitamos un poco más de tiempo para completar la investigación”.
Qassem señaló que “Israel y las organizaciones islámicas extremistas ya recibieron dolorosos golpes por parte de Badreddine”.
Altas fuentes explicaron que una de las causas por la que Badreddine podía actuar con libertad es que existen muy pocos registro sobre su nombre y su identificación en el Líbano.
“Nunca sacó documentos de identidad, licencia de conducir a su nombre y no tiene ninguna propiedad a su nombre. Tampoco hay registros de su entrada o salida del Líbano”, explicó una alta fuente. “Es evidente que era un fantasma; no se le podía detectar o identificar sus movimientos; no dejaba huellas”.
Algunos miembros de Hezbollah son públicos y conocidos y otros, como Badreddine, trabajan desde las sombras.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia_y_Defensa/71446/
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