Según informó el periódico de Qatar, Al-Watan, “el Gobierno turco ha desplegado unidades en sus fronteras sureñas y cerca de la ciudad kurdo-siria de Afrin, que se encuentra al norte de la provincia de Alepo“.
El citado medio se remitía a una fuente del autodenominado Ejército Libre Sirio que anónimamente había informado de que el Ejército de Turquía ha sido capaz de resolver las diferencias que había entre el ELS y el Frente Al-Nusra, y finalmente convencerlos para que aúnen sus fuerzas contra las fuerzas kurdas del YPG.
El informante señalaba también que el Ejército turco ha trasladado grandes cantidades de equipamientos militares a las cercanías de Afrin, el lugar donde “podrían estallar los combates en cualquier momento”. 
Turquía habría reducido también el periodo de entrenamiento de los combatientes del ELS en Yarabulus (situada al norte de Siria) para intentar aumentar el número de las fuerzas disponibles para el ataque contra Afrin, ha explicado la fuente.
Medios turcos habían revelado anteriormente que el ejército ofrece 300 dólares al mes a todo aquel que participe en los enfrentamientos armados y en las ofensivas contra las unidades de autodefensa kurdas.
Esto viene poco después de que la Casa Blanca autorizara al Pentágono a suministrar armas pesadas tanto a las YPG, como a las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS).
Al tener bajo su control el enclave de Afrin, Turquía podría unir las zonas que actualmente están en manos de los rebeldes al oeste de la provincia de Alepo y otras posiciones en la vecina provincia de Idlib.
Turquía, que considera a las YPG el brazo armado sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que a su vez es considerado como terrorista por Ankara, ha lanzado continuos ataques con artillería contra Afrin y otras localidades fronterizas, como Azas.
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