Si hubiera alguna duda sobre las intenciones de Beijing en lo que respecta a Taiwán, la incursión masiva del viernes por la fuerza aérea comunista china en la zona de seguridad de Taiwán debería dejar en claro que Xi Jinping tiene toda la intención de tomarla, incluso por la fuerza.
El viernes pasado marcó la fundación de la República Popular China y, en muchos sentidos, este tipo de acciones son una forma de despertar el patriotismo en la ciudadanía china. Sin embargo, está claro que la incursión estaba destinada a algo más que un drama patrocinado por el estado.
India, Israel, junto con Estados Unidos y Japón están comenzando a ver la independencia de Taiwán como algo fundamental para hacer retroceder a Beijing. Ya sea promoviendo la pequeña isla como su propio país o simplemente manteniendo el status quo, Occidente y sus aliados ven el objetivo del PCCh de cimentar su Política de Una China como antitético a los valores occidentales.
La incursión en la zona de seguridad de Taiwán involucró a 38 aviones, incluido un bombardero con capacidad nuclear y un destructor antisubmarino.
La zona también incluye la frontera de Filipinas y Taiwán y un corredor que conduce al Mar de China Meridional, una vía fluvial muy importante para el transporte marítimo internacional. Si nadie detiene al PCCh, continuará expandiéndose y asumiendo el control, haciendo que sea casi imposible detenerlo.
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