Benjamin Netanyahu:
Un político fuera de serie
Mi Enfoque #599, Mayo 20, 2016 por David Mandel
"Político" no es sinónimo de "Estadista", aunque en ciertos casos una misma persona puede reunir ambas características. "Estadista" es la persona que actúa motivada por lo que considera mejor para su nación sin tomar en cuenta sus propios intereses. "Político" es una persona que, aunque generalmente también quiere lo mejor para su país, no deja de lado sus ansias de poder y la ganancia, tangible o intangible, que sus actos le pueden proporcionar a él o a su partido.
En la historia de Israel David Ben Gurión y Menahem Begin son ejemplos de "Estadistas". Aunque también tuvieron éxito como políticos, ninguno de los dos tenía el inmenso talento manipulativo y oportunista que posee Benjamín Netanyahu. Es opinión general en Israel que Netanyahu no tiene igual como político. Sus partidarios lo dicen con admiración. Sus opositores lo dicen como critica.
Hace un par de semanas, el General Yair Golán, vice-jefe de las Fuerzas Armadas, comparó en una ceremonia pública los actos "preocupantes" realizados en Alemania en la década de los 30 con lo que él cree podrían ocurrir en el Israel de nuestros días. Moshé Yaalón cometió el error de defender las expresiones del General Golán, añadiendo que es deber de cada oficial expresar sus opiniones. Esa declaración fue, naturalmente, rechazada por Netanyahu. Es cierto que los oficiales tienen derecho a expresar sus opiniones, pero no en forma pública sino en reuniones cerradas. Que un militar de alto rango haga declaraciones públicas contrarias a la política del gobierno, puede llegar, en forma extrema, a lo que era común hasta hace pocas décadas en Sud América, golpes militares realizados por generales descontentos con el gobierno elegido.
Netanyahu, para aumentar la estabilidad de su gobierno, decidió que necesitaba que el Partido de derecha Israel Beiteinu se uniese a su coalición. Para lograr su propósito utilizó dos tácticas. La primera fue informar al Ministro de Defensa Moshé Yaalón que sería transferido a algún otro puesto. La reacción de Yaalón fue renunciar no sólo a formar parte del gobierno sino también a ser parlamentario.
La segunda táctica fue convencer al jefe de Israel Beiteinu, Avigdor Lieberman, que en los últimos meses había criticado duramente a Netanyahu, para que se una a su gobierno. Netanyahu lo logró en forma indirecta invitando a Yitzhak Herzog, jefe del Partido Laborista, a negociar la posibilidad de que forme parte del gobierno. Herzog ingenuamente creyó en la sinceridad de las ofertas de Netanyahu cuando en realidad eran sólo un anzuelo para atraer a Lieberman.
Lieberman, tal como Netanyahu lo había previsto, para evitar que un partido de centro izquierda formase parte de la coalición, fue a hablar con el Primer Ministro. Netanyahu le ofreció el puesto de Ministro de Defensa. Lieberman aceptó
¿Cuál es el resultado de estas maniobras políticas? El gobierno de Netanyahu, con 67 miembros, tiene ahora una estabilidad que le permitirá continuar hasta las próximas elecciones. El Partido Laborista de oposición quedó como un gato atropellado por un camión. No puede levantar la cabeza y no tiene idea de que es lo que le ocurrió.
Avigdor Lieberman también salió ganando. A pesar de que en las elecciones del 2015 su partido se redujo a la mitad, (perdió siete de los trece parlamentarios que había tenido), hoy ha logrado realizar su anhelo de muchos años. Será Ministro de Defensa, el segundo hombre más importante del gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario