Así nació el Corán
Algunos pueden creer que Mahoma escribió en persona el libro sagrado pero no fue así. La transmisión de su doctrina fue oral y tras su muerte fue cuando adquirió forma de manuscrito. El Corán, data del califato de Uthman (644-656) y en él encontramos las revelaciones que tuvo Mahoma en La Meca y en Medina. Actualmente se sigue aprendiendo de memoria en las escuelas islámicas, una tradición que perdura desde hace más de 1300 años.
Mahoma y el nacimiento del Islam
Durante el siglo VI de nuestra Era, la península arábiga estaba dominada por grupos tribales (familiares) que conformaban los estados preislámicos. El territorio se encontraba bajo la influencia del imperio Sasánida y Bizantino, siendo los grandes centros comerciales y caravaneros, Yatrib (actual Medina) y La Meca, creando esta última una confederación de tribus entorno a la Kaaba (Piedra Negra).
Mahoma nació en el “año del Elefante” (570? 552?) y es considerado por la tradición islámica como descendiente directo de Ismael estando emparentado con la dinastía Quraysh y perteneciendo al clan Banu Hashim. Esta dinastía gobernaba la ciudad santa de La Meca desde hacía cinco generaciones y gracias a su influencia consiguió la importante misión de guardar la Kaaba, que ya por entonces atraía numerosos peregrinos para adorar en su interior a los 360 ídolos que se alojaban allí.
Mahoma pertenecía a una rama empobrecida de los Quraysh pero su suerte cambió tras su matrimonio con una viuda llamada Jadiya, al hacerse cargo de sus negocios. Pocos años después comenzó a retirarse a las cuevas de la zona para orar, siguiendo el ejemplo de los anacoretas, experimentando visiones en los que el ángel Gabriel le exhortaba a memorizar y recitar la palabra de Dios. Tardó un tiempo en comunicar estas experiencias a su mujer pero una vez lo hizo, ella le apoyó, iniciando su predicación. Su mensaje en La Meca era claro: solo hay un Dios, los otros ídolos de la Kaaba debían ser destruidos, el hombre debía prepararse para el Juicio Final y los ricos debían dar dinero a los pobres. Su tribu no tardó en repudiarle sufriendo varios intentos de asesinato y tras la muerte de Jadiya decidió trasladarse a Medina junto a sus seguidores, era el año 622. Este hecho se conoce como la Hégira, siendo esta fecha el primer año del calendario islámico. A partir de entonces Mahoma se convirtió en un líder religioso pero también político al unir a las distintas facciones familiares en torno a su idea. Un año después toda la ciudad de Medina le seguía y emprendió la guerra contra La Meca, que finalizaría en el año 628 entrando en la ciudad como peregrino pero imponiendo su autoridad religiosa. En 632, Mahoma volvió a peregrinar desde Medina a La Meca estableciendo así el rito y la ceremonia que ha sobrevivido hasta la actualidad. A su vuelta de ese viaje, enfermó y murió, era el 8 de junio del año 632.
La sucesión de Mahoma
Le sucedieron los califas ortodoxos -califa significaría algo así como sucesor- (632-661), por este orden: Abu Bakr (padre de la esposa favorita de Mahoma), Umar, Alí (primo de Mahoma) y Uthman.
Las normas del Islam
Se basan en el Corán y en la tradición que recoge las predicaciones de Mahoma. Al principio se escribió en árabe y está dividido en capítulos o azoras, en el que cada versículo es una unidad en sí mismo. La ley islámica se conoce como sharia, sustentándose en estos cinco pilares u obligaciones:
- La confesión de la Fe (shahada) que dice: “confieso que no hay más dios que Dios y Mahoma es su Profeta”.
- La oración (salat) cinco veces al día, en las horas estipuladas, siendo el viernes el día de la oración común. Dirigida a La Meca y postrados, se debe recitar las azoras.
- Limosnas para lograr purificarse (zaqat).
- El ayuno durante el mes del Ramadán (savn).
- La peregrinación a La Meca durante el último mes del año musulmán y al menos una vez en la vida.
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