Don Solomomo, el judío que llegó a ser un Jefe indio
Reseña biográfica de Solomon Bibo – Don Solomomo, para los nativo americanos- judío alemán en los territorios de lo que hoy es Nuevo México.
En lo que hoy es Nuevo México habitaban cuatro grandes grupos de personas: los mogollón, que vivían entorno a la Sierra de Mogollón (así llamada en honor de Juan Ignacio Flores Mogollón, gobernador de Nuevo México de 1712 a 1715) los Hohokam, los Athabascos, de donde descienden los navajos y los apaches y los Anasazi, de quienes descendían Los Pueblo, así llamados por los españoles en el S XVI cuando descubrieron sus casas de adobe como pueblos de Castilla. (Lo que buscaban era las Siete Ciudades de Oro míticas de Cíbola que describió Cabeza de Vaca, que acababa de llegar de su aventura equinocial de ocho años viajando de Florida a México) Luego vendría la guerra mexico-estadounidense y todo este territorio pasó a ser un estado de los Estados Unidos, recibiendo México una compensación en dinero.
En Brakel, Wethsfalia, a principios del S XIX parte del Reino de Prusia, el cantor de la sinagoga, Isaac Biblo y su esposa, Blunchen, cuidaban de una decena de hijos. Dos de ellos, los mayores, Natan y Simon, habían emigrado a los Estados Unidos, concretamente a Santa Fe, NM, donde se desempeñaban como mercaderes para la familia Spiegelberg, asentada en la zona cuando la guerra méxico-estadounidense. Habían abierto numerosas tiendas y habían aprendido unas cuantas lenguas de los nativo-americanos, que los tenían por justos en sus negocios. Como sabían las lenguas, fueron muchas veces intermediarios y traductores en los conflictos territoriales entre los indios y el hombre blanco. Todo iba tan bien que se les unió un tercer hermano, Solomon. Había nacido el quince de julio de 1853 y tenía 16 años.
Primero, pasó un tiempo en N.Y.C. para aprender inglés. Luego se instaló con sus hermanos y conoció sus negocios y a los nativo-americanos. Poco tiempo después, en 1876, Don Solomomo -como le conocían- se involucró en los entuertos que tenían los Pueblo Acoma con el Departamento del Interior, ya que los presbiterianos de Pueblo Laguna se habían apropiado de la gran parte del territorio. No obstante, Solomon consiguió para ellos 320 kms cuadrados. Poco después, pidió al Comisionado de Asuntos Indígenas para comerciar con Pueblo Acoma, y una vez concedido los Acoma frimaron con él un tratado por el cual él les pagaba 12000 U.S.$ y a cambio ellos protegerían su rebaño de ganado.
Fue entonces cuando Bibo se casó con una princesa Acoma, Juana Valle, nieta del jefe de la tribu. Ella se convirtió al judaísmo y se volvieron a casar bajo jupá. El, al haberse casado con ella, se convertía en miembro de la tribu. Tal es así que ese mismo año murió el gran jefe indio y entonces eligieron sustituir ese puesto en la persona de Don Solomomo. Y no sólo fue una vez elegido, sino cuatro veces seguidas. Los Acomoa incluso pidieron a los Estados Unidos reconocieran a Bibo como gobernador de Acoma. Al así ser, pudo instalar un servicio de educación, llegando algunos de sus alumnos a poder estudiar en la Escuela de Agricultura de Pensylvania.
En 1898, el año que no fue relegido, y deseando una educación judía para sus hijos, se mudaron a San Francisco, donde montó una tienda de ultramarinos exclusivos. La cerró el año del gran terremoto: 1906. Vendió su parte en los negocios con sus hermanos y montó tienda propia en San Rafael, mientras que con sus ganancias invertía en viviendas de S. Francisco. Fueron su salvación, porque con la Gran Depresión y los desastres naturales, lo único que le quedaba eran esas inversiones.
Don Solomomo murió en 1934. Su mujer, algunos años después. Ambos están enterrados juntos en el cementerio de Imanu EL, Colma, Ca. Muchos de sus descendientes viven en Nuevo México hoy, como judíos, como nativoamericanos y como hispanos católicos.
En el año 2013 se realizó una película documental, Moses on Mesa, ganadora del premio a la mejor película del Festival de Orlando.
Reproducción autorizada: © enlace judío
http://www.shalomjerusalen.com/2017/06/don-solomomo-el-judio-que-llego-ser-un.html
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