La batalla por el baluarte jihadista ha comenzado
Siria: retomando Raqqa del Estado Islámico
Durante meses, las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias), apoyadas por Estados Unidos, se ha colocado en la línea del frente cerca de 40 kilómetros (25 millas) al norte de Raqqa. Vídeos han aparecido mostrando grandes convoyes, incluyendo transportadores de tanques llevando vehículos blindados, moviéndose a lo largo del área que el grupo prepara para retomar la ciudad, que los combatientes del Estado Islámico capturaron en 2013.
La semana pasada, Estados Unidos comenzó a arrojar panfletos sobre Raqqa instando a sus habitantes a abandonar la ciudad, proclamando: "El tiempo que han esperado ha llegado. Es tiempo de salir de Raqqa".
Luego, el 21 y 22 de mayo, el general norteamericano Joseph Votel –alto general de Comando Central de EE.UU. y el oficial estadounidense de más alto rango que haya viajado a Siria durante el conflicto- visitó a los combatientes de las FDS en el norte del país. Como signo de la inminente batalla, el Estado Islámico comenzó a hacer sus propios preparativos aumentando gradualmente sus defensas a lo largo de Raqqa. Y el 24 de mayo, el FDS hizo su movida, anunciando el inicio de su largamente esperado avance.
Pero cuán cerca el grupo es capaz de avanzar hacia el corazón de la ciudad será determinado por una cosa: su composición étnica. Raqqa es una ciudad con mayoría árabe.
Debido a que las FDS y sus aliados quieren no sólo recuperar la ciudad, sino también mantenerla y gobernarla, necesitarán una fuerza árabe considerable si esperan alcanzar sus objetivos con el apoyo local.
Sin embargo, las FDS están actualmente dominadas por las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, que han sido eficaces contra el Estado Islámico en el territorio en el que están familiarizadas, en el norte y noreste, pero están menos inclinadas a encabezar las operaciones más al sur hacia Raqqa.
Por otra parte, cuanto más profundo los kurdos incursionen en territorio abrumadoramente árabe, más se arriesgan a cimentar las sospechas de los rebeldes y el apoyo al Estado Islámico de las poblaciones locales. Aún así, los combatientes árabes se han ido incorporando las filas de las FDS en masa.
De hecho, la formación de estos combatientes de la Coalición Árabe Siria es uno de los propósitos principales de las 250 fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos desplegadas en Siria en abril, y probablemente Votel estuvo comprobando su progreso durante su visita al país. (Posteriormente el general viajó a Turquía para tranquilizar a los funcionarios turcos sobre el apoyo de EE.UU. a las FDS).
Una vez que la Coalición Árabe Siria crezca en el tamaño y la fuerza ideal, y los últimos preparativos estén completos, las FDS cambiarán su ofensiva por un ataque directo a Raqqa. Debido a que el Estado Islámico no renunciará a la ciudad sin lucha; la batalla será
probablemente larga y costosa, fácilmente durará semanas o incluso meses.
Estirando los recursos del Estado Islámico
La primera y más simple fase de la operación será el avance de las FDS de su posición actual en la línea de frente al sur de Ayn Issa hacia las afueras de Raqqa. Esta parte de la ofensiva ya ha comenzado, y el 24 de mayo, el grupo capturó la ciudad de Fatisa, a unos 35 kilómetros (22 millas) de Raqqa.
Una vez que el FDS cierre la distancia con las posiciones cavadas del Estado Islámico en y alrededor de Raqqa, el ritmo de la batalla se ralentizará considerablemente. En lo que se convertirá en un avance triturador y metódico, las FDS tendrán que lidiar con artefactos explosivos improvisados, minas, trampas explosivas, terroristas suicidas, contraataques locales y fuego indirecto desde morteros y artillería en la ciudad. También tendrá que contar con el apoyo aéreo de EE.UU. para tomar las posiciones más fuertes del Estado Islámico, y a pesar de los esfuerzos para minimizar las bajas civiles, la tendencia del Estado Islámico a usar escudos humanos probablemente conducirá a un alto número de muertos. El esfuerzo para apoderarse de Raqqa, al igual que el empeño de Irak para retomar Ramadi, se logrará a un costo terrible, garantizando prácticamente la destrucción de la ciudad.
Para el Estado Islámico, la pérdida de Raqqa sería un golpe devastador. La ciudad no sólo tiene un valor simbólico como la capital del llamado califato, sino también es un centro importante para el transporte de personas y provisiones. Raqqa se asienta sobre el río Éufrates y es clave para controlar varias carreteras importantes en Siria. Sin él, al Estado Islámico le será mucho más difícil mover sus combatientes y mercancías desde la provincia de Alepo al este de Siria y más allá. En su lugar, se vería obligado a depender de la carretera Resafa-Ash Shola, que está cada vez más amenazada por los avances del gobierno sirio hacia Deir el Zour.
Dado el significado de la ciudad para las operaciones del Estado Islámico en Siria, se puede esperar que el grupo canalice recursos y refuerzos sustanciales para su defensa.
Además de enviar más combatientes a Raqqa, es probable que el Estado Islámico lance contragolpes a lo largo de otras líneas del frente de las FDS, incluyendo al Hasakah, en un esfuerzo para distraer a su enemigo.
Sin embargo, el Estado Islámico estará en desventaja: mientras que las FDS está centrando la mayor parte de su atención en atacar al grupo jihadista; el Estado Islámico tiene que lidiar con los rebeldes sirios, las tropas del gobierno sirio, los peshmerga kurdos y las fuerzas iraquíes.
Dedicar más atención y recursos a Raqqa cuando ya está desbordado, dañará inevitablemente al grupo extremista en otro lugar en el campo de batalla.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Oriente_Medio/71761/
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