Israel necesita dejar de distinguir entre Hezbolá y Líbano
En Beirut, los combatientes de Hezbolá sostienen sus banderas del partido mientras desfilan durante la apertura del nuevo cementerio para colegas que murieron luchando contra Israel, el 12 de noviembre de 2010. (AP / Hussein Malla, Archivo)
Es hora de que Israel elimine la distinción artificial entre el grupo terrorista chiíta respaldado por Irán y el país que lo alberga.
Por Eyal Zisser, JNS
Israel siempre ha hecho un punto para diferenciar entre su conflicto con Hezbolá y sus tratos con el Líbano, donde habita el poder iraní.
Si bien hay un creciente llamado en Líbano para despojar a Hezbollah de su poder político y sus armas por igual, todavía no es lo suficientemente fuerte como para que eso suceda.
Las circunstancias regionales han cambiado, pero la distinción artificial de Israel entre el grupo terrorista chiíta respaldado por Irán y el país que lo alberga se ha mantenido vinculante.
Parece que Israel no puede comprender el hecho de que hoy en día, hay una relación simbiótica entre Beirut y la víbora enclavada en su corazón. Hezbolá ejerce un enorme poder político en el Líbano, donde prácticamente controla el parlamento y donde el gobierno se encoge ante los dictados del grupo terrorista chiíta que lo explota para impulsar su agenda.
Uno puede entender por qué los estadounidenses están dispuestos a creer que Hezbolá y Líbano son dos entidades separadas, y no hay necesidad de explicar por qué los franceses y los rusos eligen no ver la realidad tal como es; pero es difícil entender por qué Israel está dispuesto a defender al estado que alberga a Hezbolá.
Israel debe recordar que, a pesar de la arrogancia mostrada por el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, su organización teme la guerra con Israel, ya que sabe que el precio que se pagará sería mucho más doloroso que el que podría cobrarle a Israel.
Israel no duda en cobrar un precio de Damasco por cualquier incendio errante sobre la frontera entre Israel y Siria, enviando así al presidente sirio Bashar Assad un mensaje muy claro. Quizás es hora de emplear esta política en lo que respecta a Beirut.
El ejército libanés no hace nada para evitar las operaciones de Hezbolá e incluso puede estar ayudándolos. Esto hace que las fuerzas libanesas sean un objetivo legítimo para Israel.
Hezbolá está en su punto más bajo en décadas y es más vulnerable que nunca. No hay ninguna razón para que Israel sea cauteloso o deje que tenga la ventaja. En todo caso, Israel debe aprovechar su debilidad para obligarlo, y al gobierno libanés, a adherirse a las nuevas reglas en el juego regional.
Eyal Zisser es profesor en el Departamento de Historia de Medio Oriente en la Universidad de Tel Aviv. Este artículo apareció por primera vez en Israel Hayom .
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