Terror
¿Cómo es posible que una celebración religiosa se convierta en zozobra y en terror?, y más aún, ¿por qué una creencia religiosa debe imponerse de forma violenta sobre los otros?
Jenin -Foto: Wikipedia – CC BY-SA 3.0
David A. Rosenthal
Pues bien, todo comienza con un profeta, su nombre Mahoma, continúa con un libro: el Corán y termina con un sinfín de sucesos estruendosos en varios casos. Si bien, la mayoría del mundo musulmán a lo largo del mundo celebra estos días del Ramadán en calma y con el objeto de lograr un discernimiento entre la oración, la reflexión y la comunidad, muy lamentablemente existe el lado oscuro, terrorífico y demoniaco de esta celebración religiosa, que sirve de excusa para promover el terrorismo por parte de las organizaciones terroristas islámicas.
El Estado Islámico de Irak y el Levante o de Irak y Siria, mejor conocido como “Dáesh”, considerado como grupo terrorista paramilitar insurgente, y que sigue una doctrina única del islam suní liderado por Abu Bakr al-Baghdadi, lleva desde 2014 aterrorizando a los mismos musulmanes de la zona del Cercano Oriente, como asimismo a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, etc., pero sobre todo a Israel, como su objetivo principal y más cercano.
Una nueva ola de violencia ha caído sobre Israel, en donde ya 4 ataques terroristas en diferentes ciudades han dejado casi 15 muertos. La prensa internacional no hace un mayor esfuerzo en profundizar sobre un tema que aterroriza de manera constante la vida de los israelíes.
El 22 de marzo, un beduino de nacionalidad israelí y con pasado en varias cárceles israelíes causó la muerte de cuatro personas en un ataque con cuchillo; el 27 de marzo, dos árabes-israelíes mataron con disparos a dos policías de frontera en Hadera; el 29 de marzo, un palestino de Cisjordania, armado con un rifle M16 de alto alcance, cometió una masacre en el barrio religioso Bnei Brak, causando cinco pérdidas humanas de civiles indefensos, entre ellos un padre que protegía a su pequeña.
El último atentado que dejo sin vida a 3 personas, en el que también resultaron casi 10 personas heridas de plomo, fue en la reconocida zona de Dizengof en el centro de Tel Aviv y en el bar de antaño Ilka, que bien conozco, así como a sus empleados, jóvenes de Tel Aviv que trabajan en estos establecimientos mientras completan su servicio militar o culminan sus estudios.
Este atentado fue perpetrado por dos palestinos que al igual al asesino de Bnei Brak mataron a quemarropa y por la espalda a tres hombres, uno de ellos padre de tres hijos y atleta olímpico que había representado a Israel en pasados Juegos Olímpicos.
Además de esto, dentro del contexto de la continuación de la celebración del Ramadán, la policía y el ejército israelí, así también como las unidades especiales han frustrado más de 15 potenciales ataques en territorio israelí y han detenido a por lo menos 30 terroristas en Yenín, ciudad palestina en el norte de Cisjordania, que funciona como epicentro de la actual espiral de terror. Allende a esto, fue vandalizada la tumba del patriarca José, cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa. Destruida y quemada por palestinos, este lugar es un santuario para el judeocristianismo.
El hecho sucedido en Nueva York en una estación de metro en el distrito de Brooklyn hace un par de días, que deja al menos 30 heridos de bala, no es un hecho solitario, incluso podría estar conectado a Daesh.
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