¿Surgió el asunto Khashoggi de un intento de golpe de Estado contra el príncipe
heredero de la Arabia Saudita?
El lunes, 15 de octubre, la sugerencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pudo ofrecer una mirada al misterio de que los "elementos deshonestos" podrían haber ideado la desaparición del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre. Se habló mal del "castigo severo" para los perpetradores en Riyadh y se obtuvo una respuesta enojada: Turki Aldakhil, Director General del canal de noticias de Arabia Saudita Al Arabiya, advirtió a los Estados Unidos contra "dispararse en el pie", porque mientras puede ser la principal potencia económica y militar del mundo, se enfrentaría a la potencia petrolera suprema del mundo. Su significado era claro: el contra-castigo de Riyadh podría llevar a que los precios del petróleo subieran a 200 dólares y convertir a los mercados de energía en operaciones en monedas locales en lugar de dólares estadounidenses.
Para el lunes, Trump estaba actuando para reparar el daño de Arabia Saudita. Envió al apresurado secretario de Estado Mike Pompeo a Riad para suavizar las plumas reales. También indicó que Washington respaldaría el acuerdo conjunto entre Arabia Saudita y Turquía para resolver el asunto Khashoggi, en el cual el príncipe Khalid bin Faisal Al Saud, gobernador de La Meca, había estado trabajando con el presidente turco, Reccep Erdogan, desde el viernes pasado. Su esfuerzo tuvo su primer fruto el lunes, cuando un grupo de investigadores turcos y sauditas ingresaron juntos en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, para examinar el lugar donde Khashoggi fue visto por última vez. Estuvieron allí nueve horas antes de irse el martes temprano sin decir nada sobre sus hallazgos. Es difícil creer que, después de tres semanas, haya pruebas que encontrar, pero la visita conjunta demostró la disposición de Ankara y Riyadh para acordar una fórmula para amortiguar la tormenta.
Si esto funciona, el príncipe heredero de la corona saudita Muhammad bin Salman (MbS), el principal objetivo de las acusaciones de asesinato difundidas por Ankara, quedará descolgado. La referencia de Trump a "elementos deshonestos" será útil para este esfuerzo. Si no es así, puede seguir un nuevo flujo de rumores peyorativos, que incluyen afirmaciones absurdas como la de que Khashoggi usó su Apple Watch para registrar cómo fue torturado y asesinado y los investigadores turcos sacaron la grabación de la nube de Apple.
Pero lo que se decida entre Riad, Ankara y Washington, es probable que el destino de Khashoggi siga siendo un misterio. La última palabra no se ha dicho, principalmente porque MbS y sus seguidores han estado en silencio desde el principio hasta el final. Nuestras fuentes sauditas creen que el príncipe heredero está bajo una fuerte presión de sus adversarios dentro y fuera de la casa real. Su futuro depende del equilibrio entre dos opciones: puede defenderse organizando una contrarrevolución en el palacio para reforzar su autoridad contra sus rivales o, alternativamente, el rey Salman bin Abdulaziz, puede decidir despedirlo. El nombre del gobernante del Reino de Arabia Saudita que emerge de esta lucha puede ser tanto un enigma por ahora como el misterio de Khashoggi.
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