Las operaciones más atrevidas del Mosad, ....
Por Denis Lukyanov
Hace 70 años, el 13 de diciembre de 1949, fue creado en Israel el Instituto Central para la Coordinación, posteriormente conocido como Mosad. Durante su existencia esta agencia de inteligencia realizó una gran cantidad operaciones encubiertas. Sputnik relata algunas de las más atrevidas.
El Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales —Mosad, por sus siglas en hebreo— es un organismo muy especial dentro del sistema de seguridad de Israel. Se ocupa principalmente de recolectar información y de las operaciones antiterroristas y encubiertas. En pocas palabras, trata todo lo que engloba el concepto de espionaje. De hecho, el principal departamento del Mosad, el que se encarga de la recolección de datos, gestiona el trabajo de los espías en el extranjero.
© SPUTNIK / VLADIMIR ASTAPKOVICH
El rasgo distintivo de la agencia reside en que su director responde directamente ante el primer ministro. El Mosad es una de las tres estructuras que componen la Comunidad de Inteligencia de Israel, junto a la agencia de inteligencia militar Aman y el servicio de seguridad interior Shin Bet. El funcionamiento del Mosad no está regulado por la legislación israelí, lo que quiere decir que oficialmente sus objetivos, su autoridad y su presupuesto no están determinados oficialmente.
Por su secretismo, al Mosad se le considera parte de las cloacas del Estado judío. De acuerdo con datos no oficiales, Tel Aviv gasta casi 3.000 millones de dólares en la agencia anualmente.
Se cree que el Mosad es la segunda agencia de espionaje más grande de Occidente con sus más de 7.000 personas. A lo largo de sus 70 años de existencia, la agencia ha realizado centenares de operaciones secretas y ha matado a mucha gente aunque el número se desconoce. Los pormenores de la mayor parte de las operaciones son secretos, pero algunos han pasado a ser de dominio público debido a su impacto social.
Un criminal de guerra nazi secuestrado en Argentina
El criminal de guerra Adolf Eichmann fue uno de los organizadores de la "solución final de la cuestión judía", el término con el que los nazis se referían a la exterminación deliberada del pueblo judío. Su trabajo incluía la organización logística de la deportación masiva de los hebreos a guetos y campos de la muerte. Eichmann fue capturado por los aliados tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero logró escapar y refugiarse en Argentina, considerado lugar seguro por muchos criminales de guerra nazis.
© CC BY 2.0 / THE HUNTINGTON / ADOLF EICHMANN ON TRIAL #1
Un sobreviviente del Holocausto que vivía en aquella época en Argentina informó al Mosad sobre el seudónimo y la presunta ubicación del criminal nazi. La inteligencia israelí mandó una decena de sus agentes para vigilar a Eichmann, quien en aquel entonces se hacía llamar Ricardo Klement. La operación de captura recibió el nombre Garibaldi, el nombre de la calle en la que residía el sujeto. La vigilancia duró casi dos semanas.
Los especialistas de la agencia compararon las antiguas fotos de Eichmann con las de Klement y se aseguraron de que era la misma persona. El 11 de mayo de 1960 los efectivos del Mosad lo secuestraron cuando él regresaba a su casa. Los agentes lo rodearon y lo metieron en un automóvil. Luego, lo trasladaron a un piso, donde lo interrogaron y torturaron hasta que admitió su identidad. El 20 de mayo, el Mosad drogó a Eichmann y lo vistió de mecánico para llevarlo a bordo de un avión de la aerolínea nacional israelí, El Al, que había llegado a Buenos Aires con una delegación oficial del país hebreo.
Tel Aviv anunció la noticia sobre la captura del criminal nazi a los medios poco después. El hecho estropeó las relaciones entre Israel y Argentina. Esta denunció ante la ONU que se había violado su soberanía. Eichmann fue juzgado por un tribunal israelí que lo declaró culpable de genocidio. En diciembre de 1961 fue condenado a morir en la horca. La sentencia fue cumplida el 31 de mayo de 1962.
El espía israelí que pudo haberse convertido en el presidente de Siria
Otra técnica que empleó el Mosad fue la de penetrar profundamente en las filas del enemigo. Este es el caso de Eli Cohen, quien es considerado uno de los espías más exitosos de la era contemporánea. Oriundo de Alejandría, Egipto, Cohen fue reclutado por la inteligencia israelí en 1960. Para él se creó una identidad falsa: la de un empresario sirio que regresaba de Argentina. El agente se hizo con muchos contactos durante su estancia en el país latinoamericano y luego los usó durante su misión en Siria.
© FOTO : ALBERT ABRAHAM COHEN
Cohen se mudó de Buenos Aires a Damasco en febrero de 1962 bajo el pseudónimo Kamel Amin Thaabet. En Siria el espía israelí logró establecer lazos estrechos con militares, políticos y otras personas prominentes de la élite árabe. Igual que durante su estancia en Argentina, el agente encubierto se mantenía al tanto del cotilleo político en los cafés de la capital siria. Pronto, su casa se convirtió en el escenario de numerosas fiestas a las que asistieron muchos miembros de la clase dirigente del país árabe.
Durante esas fiestas pretendía estar en estado de embriaguez para empezar a hablar sobre los temas políticos y militares. Muchos de sus interlocutores compartían con él sus secretos, y Cohen transmitía la información a la inteligencia del país judío.
Entre 1961 y 1965 Cohen proveyó al Ejército israelí de la información sobre el enemigo que había recopilado durante sus viajes por Siria. Esta resultó ser crucial en algunas operaciones militares. Hay quien cree que Cohen tenía posibilidades de convertirse en el presidente de Siria.
Las maneras de pasar los datos eran variadas: a través de cartas, por radio y durante encuentros personales. Sin embargo, transmitir la información fue muy peligroso, pues Cohen podía ser descubierto. Esto es precisamente lo que pasó el 24 de enero de 1965. Lo capturaron en plena transmisión por radio en su piso. Lo juzgaron y lo declararon culpable de espionaje. Cohen fue ejecutado en el centro de Damasco el 18 de mayo.
Septiembre Negro y la venganza inevitable
El 5 de septiembre de 1972 tuvo lugar el peor atentado en la historia del deporte. Ocho terroristas de Septiembre Negro —grupo con lazos dentro de la Organización de Liberación de Palestina (OLP)— disfrazados de atletas y armados con fusiles de asalto y pistolas se apoderaron de la residencia de deportistas que representaban a Israel en los JJOO de 1972 en Múnich. Los tomaron como rehenes y asesinaron a sangre fría a 11 de ellos.
El Mosad no pudo hacer caso omiso de este vil atentado contra civiles israelíes, lo que dio inicio a la operación Cólera de Dios. La idea era liquidar a todos los que estaban involucrados en la masacre. El operativo fue sancionado por la entonces primera ministra del país hebreo, Gold Meir, y según varias fuentes, duró casi dos décadas. Los ataques fueron realizados contra los que habían sido culpables del ataque directa e indirectamente.
Todo comenzó con una ola de asesinatos de los presuntos integrantes de Septiembre Negro en diferentes partes de Europa. El primer ataque sucedió en octubre de 1972. Dos agentes del Mosad mataron a balazos al representante de OLP en Italia, Abdel Wael Zwaiter, cuando volvía a su casa para cenar. Tel Aviv hasta aseveraba que la víctima había estado planeando un ataque contra un avión de El Al. Sin embargo, la parte palestina rechazó estas aseveraciones.
Algunas operaciones del Mosad en el marco de la operación Cólera de Dios incluso tuvieron como meta prevenir futuros ataques. La inteligencia israelí continuó con los ataques contra los responsables y contra los miembros de OLP en 1973.
Varios operativos adicionales también fueron realizados en 1979 y hasta en los años 1990, de acuerdo con algunas fuentes. Lo cual podría demostrar que Mosad nunca olvida ni perdona.
Crisis de rehenes y operación de rescate a 4.000 kilómetros
El 27 de junio de 1976 un avión de la aerolínea Airbus con 248 pasajeros a bordo fue secuestrado por dos miembros de la organización terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina-Maniobras Externas y otros dos integrantes de Células Revolucionarias alemanas. Los secuestradores condicionaron la liberación de rehenes con la liberación de 40 milicianos palestinos encarcelados en Israel, así como otros 13 prisioneros en cuatro otros países.
El vuelo fue desviado y aterrizó en Entebbe, el principal aeropuerto de Uganda. El Gobierno del país africano apoyó a los secuestradores. Ellos liberaron en los días siguientes a 148 rehenes que no eran israelíes. Los demás permanecieron en cautiverio. Los agresores amenazaron con matar a los rehenes si las autoridades israelíes no cumplían con sus condiciones. Esta amenaza fue la razón por la que Tel Aviv decidió lanzar una operación de rescate.
El operativo iba a ser llevado a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel, pero la participación del Mosad fue crucial porque la agencia proveyó de la información clave a los militares. La operación tuvo lugar de noche y duró 90 minutos.
De los 106 rehenes restantes, 102 fueron rescatados. Cuatro personas perdieron sus vidas. Cinco comandos israelíes fueron heridos y uno murió. La única baja fue el comandante del grupo, el teniente coronel Yonatan Netanyahu, el hermano mayor de Benjamín Netanyahu, que luego se convertiría en el primer ministro de Israel.
La cuestión nuclear siria y el hackeo del siglo
Desde hace años Tel Aviv está preocupada por el supuesto programa nuclear sirio, y en 2006 decidió actuar. En diciembre de aquel año un alto cargo sirio, presuntamente Ibrahim Othman, quien encabezaba la Comisión de Energía Atómica de Siria llegó a una ciudad europea —todavía se desconoce el lugar exacto— bajo una identidad falsa. La responsabilidad de lo que pasó después no fue asumida ni por Israel ni por Mosad, sin embargo las fuentes extranjeras indican que fue obra suya.
Cerca de una decena de agentes del Mosad se dividieron en grupos pequeños para vigilar a Othman y colocar micrófonos ocultos en la habitación del hotel donde vivía. Otras opciones incluían su posible asesinato. Cuando el blanco se fue de compras, un grupo especial de agentes israelíes se introdujo en su habitación y accedió a su computadora.
Un experto en hackeo instaló una aplicación que les permitió a los israelíes obtener planos y centenares de fotos de la instalación nuclear siria en diferentes etapas de su construcción. Una de las fotos reveló un encuentro entre Othman y un funcionario nuclear norcoreano. Los datos recopilados gracias a esta operación del Mosad fueron claves para realizar una operación aérea israelí que destruyó la instalación nuclear siria el 6 de septiembre de 2007.
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