Inconformidad de Netanyahu con Irán lo lleva a distanciarse de Estados Unidos
Martes, 07 Abril 2015 00:00
Foto Archivo
Tel Aviv.- El jefe de gobierno de Israel, Benjamin Netanyahu, considera el acuerdo nuclear de Occidente con Irán un error histórico. El acuerdo no impide que Irán se dote de armas nucleares, sino que allana el camino para ello, insiste en afirmar el primer ministro conservador.
En breves entrevistas con varios medios estadounidenses, Netanyahu ha intentado estos días de Semana Santa explicar su oposición al acuerdo a la opinión pública estadounidense. Criticó el pacto señalando que era “ideal” para Irán y una “pesadilla” para el mundo. Netanyahu agotará todas las posibilidades a su alcance para intentar influir en el acuerdo final que debe alcanzarse antes de fines de junio.
El Gobierno de Israel se opone al acuerdo por diferentes razones. Por una parte critica que Irán vaya a limitar su programa nuclear y no a desmantelarlo. Y por otra, considera que son cuestionables los mecanismos de supervisión que llevará a cabo hasta durante 25 años el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
“Todo el mundo saludó el acuerdo (en materia nuclear) con Corea del Norte”, explicó Netanyahu al canal de noticias NBC. A pesar de la vigilancia de inspectores internacionales, Pyongyang consiguió convertirse en una potencia nuclear. “Creo que eso mismo ocurrirá con Irán, sólo que Irán es mucho más peligrosa que Corea del Norte”, dijo.
Distanciamiento con la Casa Blanca
El gobierno en Jerusalén no cree que la cúpula de Teherán haya desistido de construir la bomba nuclear y acusa al presidente estadounidense, Barack Obama, de debilidad y de estar impulsando una peligrosa política de apaciguamiento con Irán.
Según Estados Unidos, el acuerdo considera que Teherán necesitará un año para tener el suficiente uranio con el que fabricar una bomba nuclear. Israel, sin embargo, teme que Irán pueda enriquecer secretamente uranio y con ello precisar menos tiempo.
Los servicios secretos israelíes tendrán que adaptarse, porque contarán con menos ayuda de sus pares en Occidente tras un acuerdo definitivo en el diferendo nuclear a la hora de espiar a Teherán, señalaba un analista en el diario “Maariv”. “Y a diferencia del pasado, Estados Unidos no estará dispuesto a llevar a cabo un operativo agresivo, como el sabotaje del armamento (en instalaciones iraníes) y el infectar PCs con virus”, señalaba el analista Ronen Bergman.
Otros argumentos israelíes
Preocupan además las posibles consecuencias regionales de un acuerdo nuclear, pues Irán es un “monstruo terrorista, que entrena organizaciones y estructuras estatales para sembrar la destrucción en naciones prooccidentales en Oriente Próximo y en todo el mundo”, advirtió el ministro de Defensa israelí Moshe Yaalon. El acuerdo reforzará a Teherán. Además, suspender las sanciones impulsará la fortaleza económica de Irán.
Irán apoya, entre otros, a la milicia libanesa de Hizbolá y al movimiento palestino Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza. Ambas formaciones son enemigas de Israel.
El acuerdo convertiría a Teherán en un país nuclear emergente y ello podría desatar una carrera nuclear entre sus vecinos árabes, según sostiene la cúpula israelí. Sin embargo, el gobierno de Jerusalén guarda silencio absoluto sobre las bombas atómicas que posee Israel desde hace décadas.
Menos pesimismo
No obstante, hay otras voces en israelíes que disienten del primer ministro. Amos Jadlin, exjefe del servicio secreto militar, aconseja a Netanyahu no rechazar del todo el acuerdo y en lugar de ello intentar ver el “vaso medio lleno”.
El director del Instituto para Estudios de Seguridad Nacional (INSS) en Tel Aviv aboga por una visión equilibrada: en su opinión, el acuerdo es “un compromiso con importantes logros para las potencias occidentales” y una clara limitación del programa nuclear iraní.
A su vez, el acuerdo legitima a Teherán como país nuclear emergente, señala Jadlin. Antes del 30 de junio, lo que Netanyahu tiene que conseguir es “reducir al mínimo los peligros para Israel que conlleva el acuerdo nuclear con Teherán” en un diálogo estrecho con Estados Unidos. “A los iraníes les tiene que quedar muy claro que cualquier intento de desviarse del acuerdo o saltarse el marco conducirá a una muy dura reacción (de Estados Unidos)”.
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