miércoles, 1 de junio de 2022

Las flores y el judaísmo.


Desde las flores en el Sinaí hasta cocinar con flores

Las flores son parte integral de la vida judía, desde los hermosos ramos que algunas familias ponen en sus mesas de Shabat a los arreglos florales de muchas sinagogas para la festividad de Shavuot. En la Torá y en la literatura judía hay ricas alegorías que comparan al pueblo judío con las flores.

Flores en el Monte Sinaí

La tradición judía cuenta que en uno de los momentos más claves de la historia judía, cuando todo el pueblo judío se congregó al pie del Monte Sinaí para recibir la Torá, esta montaña normalmente desértica milagrosamente se cubrió de vegetación.

En conmemoración de este hermoso momento, en Shavuot (cuando celebramos la entrega de la Torá), muchos acostumbran a decorar la sinagoga con flores.

Flores en la menorá

Reconstrucción de la Menorá del Templo, creada por el Instituto del Templo


Las flores eran parte integral de la Menorá, el bello candelabro de oro que estaba encendido día y noche dentro del Templo judío en Jerusalem.

Poco después de que los judíos salieran de la esclavitud en Egipto, Dios les ordenó construir un Tabernáculo (un Templo portátil) en el cual servirían a Dios en el desierto. Un elemento central de este lugar sagrado era la Menorá, la cual estaba decorada con magníficos tallados con forma de flores. Compuesta de siete brazos, la Menorá de oro tenía el diseño de cáliz, botón y flor (Éxodo 25:31-33).

El pueblo judío es comparado a una flor

Los textos judíos comparan al pueblo judío con una preciosa flor, digna de ser amada y valorada. “Como la rosa que mantiene su belleza entre las espinas, así es Mi fiel amado entre las naciones” (Cantar de los Cantares 2:2).

La vara de Aharón floreció


Después de dirigir a los judíos al salir de Egipto hacia la libertad, algunos de los israelitas, liderados por Kóraj, se rebelaron y desafiaron el liderazgo de Moshé. Kóraj y sus seguidores declararon que era injusto que Moshé designara a su propio hermano, Aharón, como el Sumo Sacerdote encargado del servicio Divino.

Dios intervino y puso fin a la rebelión: la tierra tragó a Kóraj y a sus seguidores. A continuación, Dios anunció que enviaría una señal para probar que Aharón era el legítimo Sumo Sacerdote. Los líderes de cada una de las doce tribus llevaron sus varas. Cada uno escribió su nombre en su vara y luego plantaron esos trozos de madera seca en la tierra. “Será que el hombre que Yo escoja – su vara florecerá…” Anunció Dios (Números 17:20).

Entonces ocurrió un milagro y la vara de Aharón se llenó de bellos capullos de almendro, una señal de que Aharón era el legítimo líder espiritual.

Bendiciones sobre las flores

Cada primavera se acostumbre a recitar una bendición la primera vez que vemos florecer un árbol frutal. Esta bendición típicamente se dice en el mes hebreo de nisán. Si vives en un lugar donde los árboles frutales no florecen en nisán, se puede decir en otro mes.

Al ver los nuevos brotes decimos:

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Dios, Rey del universo, pues de nada carece Su mundo y Él ha creado criaturas y árboles buenos para que la humanidad disfrute de ellos.


Otras bendiciones judías celebran la belleza de las flores en cualquier época del año. Al oler las flores de un árbol o un arbusto (como rosas), decir:

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Dios, Rey del Universo, Quien crea árboles aromáticos.

Al oler una flor que crece en el pasto o hierbas, se acostumbra decir:

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Dios, Rey del Universo, Quien crea hierbas aromáticas.

La “rosa de trece pétalos”

La Torá describe que Dios contiene profundas fuentes de misericordia. Después de salir de Egipto, los judíos acamparon en el desierto al pie del monte Sinaí y Moshé subió la montaña para recibir la Torá. Mientras Moshé no estaba, algunos judíos se pusieron nerviosos y dudaron que él fuera a regresar. En su desesperación, construyeron un ídolo de oro con forma de becerro. Cuando Moshé descendió de la montaña sosteniendo las tablas que contenían la Torá, encontró los sonidos de la celebración idólatra. Se enfureció tanto que arrojó las tablas y se rompieron.

Pero en vez de abandonar al pueblo judío, Dios nos dio una segunda oportunidad. Una vez más Moshé ascendió al Monte Sinaí para recibir la Torá. Antes de entregársela, Dios le enseñó a Moshé una fórmula eterna para acceder a la misericordia Divina en momentos de problemas: enumerar los Trece Atributos de Misericordia Divina. “Hashem, Hashem, Compasivo y Gentil, Lento para la Ira y Abundante en Bondad y Verdad; Preserva la Bondad durante miles de generaciones, Perdona la iniquidad, el Pecado Voluntario y el Error, y Quien purifica…” (Éxodo 5-7). Los judíos continúan invocando estas 13 cualidades hoy en día. Ellas son una parte prominente de la liturgia de Iom Kipur, cuando le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados.

Utilizando imágenes poéticas, el Zóhar, la obra mística judía, comienza con una poderosa descripción de Israel como una bella rosa rodeada de estos trece atributos de misericordia.

La imagen evoca las palabras del Rey Salomón: “Como una rosa entre las espinas, así es mi amada entre las doncellas” – un pasaje que tradicionalmente se entiende como una metáfora del amor de Dios por el pueblo judío (Cantar de los cantares 2:2). “¿Qué es la rosa?” preguntan las líneas introductorias del Zóhar. “Es la comunidad de Israel… Al igual que la rosa entre las espinas está teñida de rojo y blanco, así la congregación de Israel se ve afectada por las cualidades de Juicio y Misericordia. Tal como una rosa tiene 13 pétalos, la Asamblea de Israel está rodeada por todos lados por los Trece Atributos de Misericordia” (Zóhar 1:1a).
Sabores de flores

Durante siglos, los judíos han cocinado con flores. Rodomilon era una antigua mermelada preparada por los judíos del Medio Oriente que contiene membrillo y rosas (Diccionario Jastrow).

El historiador culinario Gil Marks afirma que cocinar con rosas y con agua de rosas era tan común en las comunidades judías del Medio Oriente, que la festividad de Shavuot (cuando muchos judíos decoran sus hogares y sinagogas con flores) también era conocida como el Festival de las Rosas. “Asimismo, las comidas de Shavuot del Medio Oriente frecuentemente eran saborizadas con agua de rosas y en la cena acostumbraban a servir pétalos de rosa en conserva” (Encyclopedia of Jewish Food por Gil Marks, 2010).

“Los ancianos en mi familia olían a rosas”, explicó Claudia Roden, otra historiadora culinaria que creció en una comunidad judía de Egipto. “Las casas también olían a flores, porque los pétalos –especialmente de rosa y de jazmín– se dejaban en pocillos y a veces se esparcían por el suelo. También usaban agua destilada de rosas y azahar para dar sabor a los pudines y pastelitos” (The Book of Jewish Food: An Odyssey From Samakand to New York por Claudia Roden, 1996). Roden también describe que los cocineros judíos usaban en sus recetas deliciosos sabores de otras flores, como azahar y orquídeas.
Nombres judíos

Como era de esperar, dada la belleza de las flores y el prominente rol que tienen en el pensamiento judío, hay muchos bellos nombres judíos relacionados con flores. Aquí hay algunos populares nombres florales.

Dalia – en hebreo significa “rama” o “brote” y también recuerda el nombre de la flor dalia.

Irit – esta es una flor hermosa del Medio Oriente, conocida también como asfódelo.

Nurit – botón de oro en hebreo

Reizel – rosa en Idish

Sigal – violeta en hebreo

Shoshana – rosa en hebreo

Yasmin – jazmín en hebreo

Primer plano de una bella flor asfódelo

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