viernes, 8 de julio de 2022

Israel debe centrar la visita de Biden en cuestiones de seguridad estratégica

Puede que Irán domine la agenda de Israel, pero el presidente estadounidense tiene su propia agenda que impulsar durante su gira por Oriente Medio.
El presidente estadounidense Joe Biden habla con los medios de comunicación el 14 de junio, el día en que se anunció su viaje a Oriente Medio. (Crédito: EVELYN HOCKSTEIN/REUTERS)

Desde la perspectiva israelí, la visita de un presidente estadounidense es siempre un acontecimiento importante. El líder de la principal superpotencia mundial -el amigo más cercano e importante de Israel- viene a Israel y esto es una oportunidad para centrar la conversación en las cuestiones estratégicas más críticas para nuestra seguridad.

Sin embargo, sería prudente recordar que Oriente Medio e Israel no están a la cabeza de las prioridades de la administración estadounidense en este momento. La guerra en Ucrania, la guerra comercial con China, la inminente recesión y las elecciones de mitad de período en noviembre son sólo algunos de los asuntos que preocupan al presidente estadounidense Joe Biden y a su personal.

Sin embargo, tras una cierta gestión de las expectativas, hay cuatro cuestiones en las que los avances se considerarían un logro para Israel, aunque no sean necesariamente los mismos temas que Biden querrá promover mientras recorre la región.

La primera cuestión es la necesidad de llegar a un entendimiento sobre las líneas rojas con respecto al programa nuclear iraní. Por ejemplo, decidir que el enriquecimiento de uranio hasta un nivel del 90% requiere una acción.

A continuación, la necesidad de establecer una política para una campaña combinada para frenar el programa nuclear iraní, con el fin de retrasar la carrera de Teherán hacia el estatus de Estado umbral nuclear.

La tercera cuestión destaca el refuerzo del bloque de normalización mediante el fortalecimiento de los intereses de seguridad comunes frente a Irán. Esto no implica necesariamente la formación de una alianza de defensa, pero sí requiere establecer un sistema práctico que aborde la amenaza que suponen los drones y misiles iraníes.

La cuarta cuestión sobre la que Israel debería presionar es el refuerzo del compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel, ampliando los términos del memorando de entendimiento de 10 años firmado en 2018, incluyendo la actualización de la ventaja militar cualitativa relativa de Israel como principio básico con respecto a la venta de armas.

Sin embargo, durante la visita a la región, es probable que Biden se ocupe de otras cuestiones.

En primer lugar, está la cuestión de aumentar las exportaciones de petróleo de Arabia Saudita para reducir los precios mundiales del petróleo. Para lograr esta tarea clave, el presidente Biden está aparentemente dispuesto a dejar de lado el boicot no oficial de la administración al príncipe heredero Mohammed bin Salman, impuesto por su presunta participación en el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en 2018.

El potencial es grande, pero el impacto en los precios del petróleo tardará en surtir efecto. También hay que tener en cuenta que esta medida contradice la idea de cambiar a las energías renovables, y contradice el compromiso de la administración Biden con la cuestión de los derechos humanos.

La segunda cuestión es el refuerzo de las defensas regionales. Para justificar la visita como centrada en la seguridad y el desafío iraní, Biden necesita presentar un logro práctico en este frente. Se trata de una cuestión delicada, que es mejor discutir a puerta cerrada, y cuanto menos se hable de ella públicamente, mejor.

Otra cuestión tiene que ver con subrayar la afinidad y el compromiso con los israelíes e Israel. Biden es un verdadero amante de Israel. A lo largo de su dilatada carrera diplomática, desde su primera visita a Israel como joven senador que se reunió con la entonces Primera Ministra Golda Meir hasta la actualidad. Este compromiso emocional se reflejará en la relación que seguramente establecerá también con el Primer Ministro Yair Lapid.

La última cuestión es subrayar el compromiso de la administración con la solución de los dos Estados durante la visita del presidente a Ramala. Dada la creciente suposición de que esta solución ya no es viable, Biden tratará de demostrar el compromiso directo de Estados Unidos con este proceso durante la visita. De hecho, es probable que Biden exprese su compromiso con la solución de los dos Estados aunque entienda que no es práctica.

No cabe duda de que la amenaza más acuciante en la que harán hincapié los responsables israelíes es la continua expansión del programa nuclear iraní. Sin un nuevo concepto sobre el asunto, Israel puede encontrarse en el futuro en una situación en la que tenga que operar en condiciones y tiempos que escapen a su control. Dado que el escenario de atribución severa incluye una escalada regional, Israel necesitaría el respaldo estadounidense para cualquier movimiento de este tipo.

Podemos actuar solos. Pero tenemos que reconocer los límites del poder, como ha demostrado la guerra de Ucrania. Si Hezbolá se uniera a esta guerra, las Fuerzas de Defensa de Israel tendrían que actuar de forma muy agresiva frente al Líbano, y dado que dicha acción no está relacionada aparentemente con la amenaza nuclear iraní, podría suponer un reto en términos de legitimidad internacional.

En cuanto a la cuestión palestina -cuya importancia es uno de los objetivos de la visita de Biden-, la visita del presidente estadounidense se produce en un momento delicado: el crepúsculo del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en el poder. Este periodo requiere un enfoque diferente. Una declaración de apoyo a la solución de dos Estados es trivial y no contribuirá a estabilizar el escenario palestino. Además, es probable que el pueblo palestino se muestre burlón e indiferente ante tal declaración.

Desde el punto de vista práctico, lo mejor es centrarse en el inminente cambio de guardia y en cómo el campo de la normalización puede repercutir en una tranquila transición de poder de Abbas a su sucesor, de forma que se conecte de forma natural la Autoridad Palestina con este bloque.

Es cierto que Biden no tiene elección: al igual que transmite un mensaje de solidaridad con Israel, transmite un mensaje de simpatía por las aspiraciones palestinas. Pero también hay que recordar que hay días en los que perder el tiempo en el respeto es un privilegio que no nos podemos permitir. Quizá sea el momento de tomar la iniciativa.

Sobre el autor: Tamir Hayman es el Director General del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional.

https://israelnoticias.com/editorial/israel-debe-centrar-la-visita-de-biden-en-cuestiones-de-seguridad-estrategica/

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