La inmigración desenfrenada es una de las formas más efectivas de destruir gradualmente un país. Se puede argumentar que la inmigración es lo que construyó Estados Unidos, y cuanta más gente permita Estados Unidos, más grande será el país. Bueno, eso es cierto y falso. Es cierto que una gran población productiva es lo que convierte a un país en una gran potencia. Pero también es cierto que una gran población improductiva es lo que destruye un país.
Pero es más complejo que eso. Muchos de los inmigrantes que inundan los Estados Unidos hoy serán ciudadanos productivos. Pero vienen muchos, probablemente la mayoría, porque Estados Unidos se ha convertido en el nuevo abanderado como país que reparte dinero y servicios sociales gratis. Además, cuando ciudades como Nueva York permiten el derecho al voto a los no ciudadanos, eso básicamente significa que las personas tienen pocos incentivos para convertirse en ciudadanos. Por lo tanto, la ciudadanía pasa a ser una prioridad baja y algo que se abarata.
Esto es importante porque los estadounidenses solían enorgullecerse de convertirse en ciudadanos estadounidenses y luego se identificaban con su nuevo país después de su inmigración. Hoy en día, eso ya no es así. Cada vez más nuevos no inmigrantes se identifican cada vez menos con los Estados Unidos de América. Lo ven como un país para aprovechar y menos para identificarse.
Algunas personas usan la terminología de una "quinta columna". Eso puede ser extralimitarse. Pero de lo que se trata todo esto es de las políticas demócratas con la intención de aferrarse al poder el mayor tiempo posible. Los efectos a largo plazo se sentirán durante muchos años.
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