martes, 8 de marzo de 2022

Audrey Hepburn, la espía adolescente.


Las heroicas actividades de guerra de la estrella de Hollywood.

Audrey Hepburn, el ícono cinematográfico, insinuó que había participado de forma activa en la resistencia holandesa contra los nazis cuando era una niña y vivía en la Holanda ocupada por los nazis. La biografía de Robert Matzen, Dutch Girl: Audrey Hepburn and World War II (Una joven holandesa: Audrey Hepburn y la Segunda Guerra Mundial), reveló formas previamente desconocidas en las que la estrella y su madre ayudaron a los Aliados.

Audrey Hepburn tenía sólo diez años cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial. Al comienzo de la Guerra, ella estaba lejos de ser el modelo de una heroína. Había nacido en una familia holandesa de clase alta y algunos de sus parientes simpatizaban con los nazis. Seis años más tarde, su vida era irreconocible, marcada por la pobreza, la pérdida y su trabajo secreto para la heroica resistencia holandesa.

Audrey nació en Bélgica en 1929. Su madre, Ella van Heemstra, era una baronesa y su padre era un banquero austríaco-británico. Ambos padres simpatizaban con los fascistas. Ellos tuvieron encuentro privado con Hitler en 1935 y su madre una vez escribió en un boletín nazi: "Adolf Hitler puede estar orgulloso del renacimiento de este gran país y del rejuvenecimiento del espíritu alemán".


El padre de Audrey abandonó a la familia en 1935. Ella y su madre se fueron a vivir durante algunos años en Inglaterra, donde Audrey Hepburn asistió a una escuela privada con internado cerca de Dover. Pero la guerra acechaba en el horizonte, por lo que las dos regresaron a Holanda en 1939 y se establecieron en la ciudad oriental de Arnhem. La madre de Hepburn consiguió trabajo vendiendo muebles, y durante un tiempo tuvieron paz y Holanda se mantuvo a salvo, con la maquinaria de guerra nazi fuera de sus fronteras.

Pero la paz se quebró en mayo de 1940, cuando Alemania invadió los Países Bajos. Muy pronto las tropas alemanas se instalaron en cada pueblo y aldea, los carteles de las calles pasaron de estar en holandés a estar en alemán, y la esvástica nazi reemplazó a las banderas holandesas que flameaban sobre los edificios oficiales. El currículo escolar de Hepburn se vio alterado drásticamente. Posteriormente, Audrey recordó que "los niños aprendían sus lecciones de aritmética con problemas como este: "Si 1.000 bombarderos ingleses atacan Berlín y 900 son derribados, ¿cuántos regresarán a Inglaterra?".

Muy pronto, Hepburn comenzó a ser testigo de tragedias inimaginables. Ella recordó haber visto en 1941 cómo obligaban a un grupo de judíos a subir a un tren. "Recuerdo claramente a un niño pequeño que estaba con sus padres en la plataforma, muy pálido, muy rubio, con un abrigo que era demasiado grande para él, y que subió al tren. Yo era una niña observando a un niño… Entonces comprendí lo que le iba a suceder".

Audrey Hepburn con su madre, la baronesa Ella van Heemstra Hepburn-Ruston

En 1942, la orgía asesina de los nazis finalmente golpeó directamente a la familia de Hepburn. Su tío, Otto van Limburg Stirum, fue arrestado con otros cuatro hombres acusados de actividades antinazis. Los llevaron a un bosque, los obligaron a cavar sus propias tumbas, los amarraron a una estaca y los mataron a tiros. Esto finalmente sacudió la fe de la madre de Hepburn en el nazismo y se convirtió en una declarada opositora del nazismo y sus crueldades.

Madre e hija se fueron a vivir al pequeño pueblo de Velp, donde vivía el abuelo de Audrey, y buscaron formas para ayudar a la resistencia secreta holandesa en su lucha contra los nazis.

Audrey con su madre, Ella, en Londres a final de los años 40.

En 1944, cuando tenía 15 años, Hepburn comenzó a trabajar como voluntaria con el Dr. Hendrik Visser't Hooft, un teólogo cristiano que era un antifascista comprometido. A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, el Dr. Hooft organizó el contacto y el intercambio entre la resistencia holandesa y el gobierno holandés en el exilio en Londres. Con la ayuda de Hepburn, él organizó festivales secretos de danza donde Hepburn actuaba para juntar fondos para la resistencia. Ellos llamaron a estas presentaciones ultra secretas "zwartze avonden", "noches negras", debido a su naturaleza súper secreta y al hecho de que tenían que oscurecer por completo las ventanas para que nadie pudiera descubrir lo que ocurría allí adentro.

"Afuera se apostaban guardias para avisarnos cuando se acercaban los alemanes. El mejor público que tuve no hizo ni un sonido al final de mi actuación" afirmó Audrey años después.

Hepburn también ayudó al Dr. Hooft en su trabajo como mensajero, repartiendo con su bicicleta por toda la zona el periódico antinazi Oranjekrant. Como en Holanda durante la guerra era difícil conseguir papel, el Oranjekrant era muy pequeño, tenía apenas unos pocos centímetros. "Los metía dentro de mis calcetines de lana y mis zapatos de madera, me subía a mi bicicleta y los entregaba", explicó. Ella hablaba inglés de forma fluida y también transmitió mensajes de la resistencia a los pilotos aliados que habían sido derribados.

Durante un tiempo, la familia Hepburn dio refugio a un piloto británico que había sido derribado sobre Holanda. En el libro, el hijo de Hepburn, Luca Dotti, explica que esta era la historia que más le gustaba contar a su madre sobre la Segunda Guerra Mundial. "Mi madre me dijo que para ella fue muy emocionante. Era muy arriesgado, se trataba de un extraño en uniforme, un salvador, y por lo tanto un héroe. Posteriormente descubrí que había una ley alemana que declaraba que si descubrían que alguien ocultaba a un enemigo, se llevaban a toda la familia".

Para el fin de la guerra, Audrey y su madre se vieron obligadas a vivir en un sótano para evitar los bombardeos aéreos. Tenían muy poca calefacción, agua o comida. A veces Audrey pasaba varios días seguidos sin comer. Al final de la guerra, cuando tenía 16 años, pesaba sólo 40 kilos.

Cuando su pueblo fue liberado por las tropas aliadas en 1945, Hepburn y su familia salieron del sótano y se encontraron rodeados de soldados armados que los apuntaban con sus armas. Audrey habló con los soldados en inglés y los soldados comenzaron a vitorear. "¡No sólo liberamos un pueblo, hemos liberado a una niña inglesa!", gritó uno de los soldados.

Después de la guerra, Hepburn continuó bailando y también comenzó a modelar. Ella actuó en su primera película en 1948, y luego bailó en un musical en la Parte Oeste de Londres. En 1951 se mudó a Nueva York para actuar en el musical "Gigi" en Broadway.

Audrey Hepburn con Otto Frank y su segunda esposa.

Años más tarde, cuando ya era una estrella conocida, le que representara en una película a Ana Frank. Otto Frank, el padre de Ana, le pidió personalmente que representara a su hija, pero Audrey sintió que no había forma de que pudiera hacerlo. Ambas jóvenes habían nacido el mismo año y crecieron en Holanda, no muy lejos la una de la otra. Hepburn había leído el diario de Ana Frank y sentía una cercanía impresionante con la joven judía asesinada. "Esa niña había escrito un relato completo de lo que yo misma había experimentado y sentido" durante la guerra, le dijo Hepburn a su hijo.

"Me sentí tan destruida al volver a leerlo (al diario de Ana), que dije que no podía representar a Ana Frank en una película, explicó con dolor Hepburn al rechazar el rol. "Es un poco como si eso le hubiera ocurrido a mi hermana. En cierta forma, ella era mi hermana de alma".

A pesar de su fama como actriz, lo que más orgullo le daba a Audrey Hepburn eran sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial. "La guerra fue sumamente importante para ella. La convirtió en lo que era", dice en el libro su hijo, Luca Dotti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Netanyahu plantea la paz con los saudíes como clave para resolver el conflicto con los palestinos En una entrevista con Al Arabiya, el prime...