sábado, 5 de marzo de 2022

¿Cuál es el dilema de Israel en la guerra entre Ucrania y Rusia?

Por Oded Eran en The Jerusalem Post

Las guerras, como la que se libra ahora en Ucrania, crean conflictos de intereses y valores para la mayoría de los Estados. Israel no es una excepción. Cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, condenó la invasión rusa de Ucrania, debió de tener el valor de apoyar la democracia, la libertad de un Estado para decidir su destino y su soberanía, una causa claramente noble. El hecho de que antes recibiera una llamada del secretario de Estado de EE. UU. le recordó a Lapid -si es que era necesario- que el único aliado estratégico importante de Israel es EE. UU., y que es importante unirse a él y a otros estados afines en estas situaciones.

Pero eso es solo un lado del balance de intereses. Rusia ha sido un actor importante en Oriente Medio y, aunque perdió parte de sus activos en la región desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y, desde luego, tras el colapso de la Unión Soviética, ha recuperado influencia en Siria, Libia, Turquía e Irán. Las relaciones entre este último país y Moscú son de especial importancia. La principal amenaza estratégica para la seguridad a la que se enfrenta Israel emana de las ambiciones y actividades de Irán en la región. Concretamente, en Líbano y Siria, las fuerzas y equipos militares rusos están desplegados con el fin de sostener el régimen de Assad y mantener una presencia en la cuenca del Mediterráneo oriental.

En esta delicada situación, Rusia e Israel han encontrado una fórmula que permite a ambos perseguir sus diferentes objetivos en Siria, siendo Washington consciente de este interés vital y de la coordinación con Moscú.

Las conversaciones en Viena sobre el futuro del acuerdo JCPOA 2015 entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania (P5+1) e Irán son cruciales para la seguridad de Israel a largo plazo. Rusia tiene una posición y un papel importantes en ellos, ya que es más probable que Teherán escuche las voces de Rusia y China que las de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania. Moscú ha aplicado la persuasión amistosa hacia Irán, en un intento de alcanzar una solución al estancamiento. Queda por ver cómo afectará la crisis ucraniana a estas conversaciones, en cuyo éxito está interesado Israel.

Por último, pero no por ello menos importante, los cerca de 200.000 judíos de núcleo que viven en Rusia, continuando la vida comunitaria. Su potencial alternativo de inmigración a Israel es una consideración política y demográfica clave.

Obviamente, se trata de intereses contrapuestos e Israel debe dominar todas las habilidades diplomáticas para gestionar los riesgos que conlleva cualquier decisión que se tome en este asunto y su presentación ante las tres grandes potencias implicadas: Rusia, Estados Unidos y Europa. El caso de China e India es interesante, aunque no solo el tamaño hace que su dilema sea diferente al de Israel. Putin fue la principal figura política que asistió a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022. Durante su estancia en China, él y el presidente chino Xi Jinping concluyeron lo que puede describirse como la plataforma ideológica para la Guerra Fría 2.0 con Estados Unidos.

Y Putin esperó a que terminaran los Juegos Olímpicos para lanzar su invasión, para no robar la atención mundial a China que se regodeaba en el éxito de llevarlos a cabo frente a la pandemia y el boicot diplomático. Sin embargo, China se abstuvo en la votación del proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que deploraba la acción rusa en virtud del Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permite al Consejo de Seguridad imponer sanciones si así lo decide el consejo. Ya sea porque China malinterpretó los movimientos anteriores de Putin acumulando tropas alrededor de Ucrania o porque busca abrir una brecha entre Europa y Estados Unidos presentando a este último como un actor internacional responsable, moderado y ecuánime, el hecho es que actualmente China ha dejado a Rusia sola para bloquear la resolución.

India, la mayor democracia y aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra China en el espacio estratégico Indo-Pacífico, también se abstuvo. El conflicto con Pakistán por Cachemira es un factor clave en la seguridad y la política exterior de la India, y preservar la neutralidad de Rusia en esta cuestión es vital para la India, al igual que el carbón, el gas natural y los sistemas de defensa aérea S-400 que la India adquiere de Rusia.

A veces, los países se encuentran ante intereses contrapuestos y deben detenerse, reflexionar y evitar tomar lo que podría convertirse en decisiones morbosamente costosas. Sin embargo, Israel decidió votar en la Asamblea General de la ONU a favor de la resolución que condena la invasión rusa en Ucrania. Se trata de una resolución desdentada, pero que, no obstante, debería ser seguida por las actividades diplomáticas de Israel para garantizar la protección de sus intereses.

El autor es investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv y antiguo embajador de Israel en Jordania y la Unión Europea.

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