sábado, 2 de julio de 2022

Los ciberataques están intensificando la “campaña entre guerras” de Israel

En los últimos años, Israel e Irán han intercambiado golpes cibernéticos. La lucha comenzó hace más de una década con el descubrimiento del virus “Stuxnet”.
Fuente: Vía Cyber Security News

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) solían tener dos situaciones sistémicas básicas: luchar en la guerra y prepararse para la guerra. Estas dinámicas existieron durante décadas, pero la situación empezó a cambiar tras la Segunda Guerra del Líbano (2006). Unos años más tarde, apareció una tercera dimensión en la estrategia de las FDI, formulada por el antiguo jefe del Estado Mayor de las FDI, Gadi Eisenkot: la “Campaña de Entreguerras” (CBW). Entre los objetivos de la CBW está el de posponer la guerra, perturbar las iniciativas del adversario, dar a Israel una dimensión de iniciativa y diseñar el escenario estratégico.

En la CBW, las FDI manejan todas las herramientas y métodos, tanto abiertos como encubiertos, incluida la dimensión cibernética. Ya en 2009, las FDI definieron el ciberespacio como un espacio de combate estratégico y operativo y comenzaron a realizar cambios organizativos preliminares. El antiguo comandante de la Unidad 8200, la unidad de ciberinteligencia de las FDI, se refirió a la necesidad de crear una superioridad cibernética y a la necesidad de una fricción constante para convertir la teoría en capacidades prácticas. También propuso establecer capacidades cibernéticas ofensivas como parte del concepto de combate de Israel.

Recientemente, ha surgido un debate en torno a la cuestión de por qué no se activó una actividad cibernética rusa efectiva y agresiva en la guerra de Ucrania. Se han dado varias explicaciones al respecto: Rusia no estaba interesada en ello, por diversas razones, o bien, Ucrania -con la ayuda de Occidente- frustró los planes rusos para desbaratar su infraestructura. En cualquier caso, parece que cuando las armas rugen es más difícil que la cibernética tenga impacto.

En los últimos años, Israel e Irán han intercambiado golpes cibernéticos. La lucha comenzó hace más de una década con el descubrimiento del virus “Stuxnet”, diseñado para interrumpir el sistema centrífugo iraní y atribuido a Occidente e Israel. Posteriormente, se atribuyó a Israel la interrupción del funcionamiento de una compañía naviera iraní (IRISL). En los últimos dos años, se ha producido una escalada en el número de ataques atribuidos a Israel, como la interrupción del funcionamiento de un puerto central de Irán, la toma de las cámaras de una prisión iraní, la interrupción del tráfico ferroviario, el cierre de instalaciones gubernamentales y, recientemente, la interrupción del trabajo en una planta siderúrgica. No siempre es posible interpretar con claridad la finalidad de estos ataques, que se han atribuido a Israel, pero es posible que los ataques tuvieran por objeto intensificar la presión sobre el régimen y permitir a Israel responder a las maniobras iraníes.

A diferencia de lo que ocurre con el CBW en Siria, donde Irán no responde a los ataques de la Fuerza Aérea israelí, la dimensión cibernética es diferente; Irán suele actuar directa o indirectamente contra Israel. Por ejemplo, el intento de interrumpir las instalaciones de agua en Israel, la interrupción de los sitios web del gobierno y el ataque a las compañías de seguros y otras empresas civiles, con el fin de perturbar la rutina de la vida y la sensación de seguridad invadiendo la privacidad del público. Los ataques mencionados son solo una parte del panorama completo y, por supuesto, restan importancia a los esfuerzos defensivos que está realizando Israel para frustrar los intentos de Irán de perjudicarle.

El enfrentamiento entre Israel e Irán en la dimensión cibernética se ha exacerbado y recientemente salió a colación entre los capitanes, cuando el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se refirió al ataque a la planta siderúrgica de Irán como respuesta a la toma de parte del sistema de sirenas en Israel por parte de Irán.

De todo lo anterior se pueden extraer cinco ideas importantes:

En primer lugar, como nuevo espacio de combate, la cibernética ha encontrado un lugar en la competencia de Israel con Irán, especialmente en el CBW, donde hay menos acciones letales y los movimientos no ruidosos pueden tener un impacto.

En segundo lugar, la acción cibernética no se sostiene por sí sola. Debe integrarse en el marco de las campañas de influencia cognitiva en las redes sociales y en los medios de comunicación con el fin de reforzar las acciones cibernéticas y asegurar que su mensaje resuene en el otro bando.

En tercer lugar, en el ciberespacio, ambos bandos aprenden constantemente del otro mientras compiten. Esto es incluso cierto para los jugadores con diferentes niveles de destreza tecnológica y de inteligencia.

En cuarto lugar, las reglas del juego aún no se han formulado ni establecido. Por ello, cada bando trata de aprovechar las debilidades de su oponente y no debe suponerse que solo un bando actuará sin respuesta.

En quinto lugar, las guerras cibernéticas se producen donde conviene a uno de los bandos. Por lo tanto, los civiles pueden encontrarse en el punto de mira y ser atacados, especialmente cuando las instalaciones militares y las infraestructuras críticas están bajo la protección de ciberdefensas resistentes.

Sobre el autor: El teniente coronel (res.) David Siman-Tov es investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) y subdirector del Instituto de Investigación de la Metodología de la Inteligencia (IRMI) en el Centro de Conmemoración y Patrimonio de la Comunidad de Inteligencia israelí.

https://israelnoticias.com/seguridad/los-ciberataques-estan-intensificando-la-campana-entre-guerras-de-israel/

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