martes, 23 de agosto de 2022

Cómo un aldeano peruano, nacido en el catolicismo, llevó a cientos de personas a la conversión judía e Israel

En 'El profeta de los Andes', la autora Graciela Mochkofsky documenta la historia de Segundo Villanueva, cuyas revelaciones y esfuerzos llevaron a los 'judíos incas' a la Tierra Prometida.
Miembros de la comunidad Bnei Moshe en El Milagro, en Trujillo, Perú, 1987. Foto: cortesía Yehoshua Tzidkiya

En 1948, un mestizo peruano de 21 años llamado Segundo Villanueva abrió el baúl de su padre asesinado. Al abrirlo, se sorprendió al encontrar una antigua copia de un Tanaj sin entender qué hacía eso ahí. Su familia era católica y no podía leer el Tanaj por prohibición.

Este descubrimiento cambió el curso de la vida de Segundo, quien llevó el objeto sagrado desde Rodacocha, donde nació en 1927, hasta el antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos de Jerusalén. En este último sitio fue enterrado en 2008 bajo el nombre de Zorobabel Tzidkiya.

Villanueva terminó siendo un judío observante. Con él, llevó a muchas otras personas en el viaje a comprender la palabra de Dios tal como se escribe en la Biblia hebrea. Su búsqueda resultó que muchas familias peruanas se convirtieran al judaísmo y vivieran en Israel. Llegaron en tres tandas entre 1990 y 2006.

“Esta es una de las historias más fascinantes con las que me he encontrado como periodista”, dijo la periodista y autora argentina Graciela Mochkofsky, quien profundizó en ella durante muchos años. Ella recopiló acontecimientos de Villanueva y de los miembros de su familia, lo que dio como resultado “El profeta de los Andes: un viaje improbable a la tierra prometida”. El mismo se publicó el pasado 2 de agosto.

La historia de esta escritora con Segundo empezó en 2003 con el primer relato que ella encontró sobre él y sus seguidores. Se autodenominaron Bnei Moshe. Este fue un ensayo del rabino Chabad-Lubavitch, Myron Zuber, titulado “Convertir a los indios incas en Perú”.

Según Zuber, “todo comenzó en 1966, en Trujillo, con un señor llamado Villanueva, un buen católico que asistía frecuentemente a la iglesia. Después de un tiempo, Villanueva llegó a la conclusión de que la Iglesia Católica no podía satisfacer su búsqueda espiritual; decidió abrazar el judaísmo”.

“No le tomó mucho tiempo reunir a 500 personas que también deseaban convertirse al judaísmo… Villanueva cambió su nombre a Tzidkiyahu y es venerado como profeta y líder en Israel”, continuó Zuber.

Por su parte, Mochkofsky oyó de varias comunidades similares a los Bnei Moshe que surgían en Sudamérica. Escribió sobre una de ellas en Bello, en las afueras de Medellín, Colombia, que se publicó en la revista The California Sunday en 2016.

“Cuando terminé de escribir ‘El profeta de los Andes’, había alrededor de 60 de estas congregaciones en 14 países latinoamericanos”, dijo Mochkofsky. “La historia de Segundo es paralela a la afluencia de iglesias protestantes a los Andes en el siglo XX. Hubo tantas interpretaciones como alumnos”.

Por otro lado, la historia de Villanueva cuenta que fundó su propia iglesia, Israel de Dios, en 1962. Tras conocer una pequeña congregación de José Adolfo Loje, los israelitas del Nuevo Pacto, decidió usar el calendario lunar y la observancia de las fiestas israelitas de la Torá.

Y no fue hasta que Segundo entró a una librería peruana religiosa que vendía traducciones del Tanaj, que se dio cuenta que en ella había errores por defecto. Por eso, decidió que debía seguir en el hebreo original, por lo que comenzó a aprender el idioma: concluyó que Jesús no era el Mesías y que él y su rebaño debían convertirse en judíos.

https://aurora-israel.co.il/como-un-aldeano-peruano-nacido-en-el-catolicismo-llevo-a-cientos-de-personas-a-la-conversion-judia-e-israel/

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